Se llama Juana Bautista de la Candelaria, es cubana y nació el 2 de
febrero de 1885: tiene 126 años y sus ya apagados ojos han visto pasar
las hojas de calendarios de tres siglos distintos. Es la persona más
longeva de la isla caribeña y seguramente una de las más ancianas de
todo el mundo.
La mayor isla de las Antillas presume de contar
con el mayor porcentaje de personas centenarias en relación a su
población, una ratio en el que dice superar a Japón, el país que
registra, en términos absolutos, la cifra más alta de personas que
superan el siglo de vida. Cuba, cuyo envejecimiento poblacional es
similar al de países del primer mundo, hay actualmente 1.551 personas
que han superado los 100 años. Tienen, incluso, un club, el Club de los
120 Años, donde se aboga por una longevidad satisfactoria y activa con
el convencimiento de que se pueden cumplir 120 años si se aplican a lo
largo de la vida los hábitos y actitudes adecuadas.
CANDULIA, LA MÁS LONGEVA.
Quien desde luego lo ha demostrado es Juana de la Candelaria o
Candulia, como cariñosamente la llaman sus familiares y amigos en su
localidad natal, Campechuela, un poblado rural de la provincia de
Granma, a unos 800 kilómetros al oriente de La Habana. Sentada en una
mecedora en su humilde vivienda, la anciana exhibe su carnet de
identidad con la fecha de su nacimiento, el 2 de febrero de 1885, la
misma que figura en el tomo uno, folio 35 del libro del registro civil
de la localidad.
En la Dirección de Justicia de Campechuela, en ese libro y al asiento que, con esmerada caligrafía a
pluma al estilo de otra época, refiere cómo Juana quedó registrada por
su madre, Cecilia, 24 días después de su nacimiento ante el juez
municipal José C. Carbonell y el secretario Juan Elías Pérez.
"Es lo que me ha querido dar Dios": así resume el "secreto" de su
longevidad esta menuda mujer de piel oscura y tan frágil que parece de
papel, que está ciega y que no puede caminar sola, pero que se mantiene
lúcida y con un envidiable sentido del humor: lo exhibe cuando ríe
bromeando con sus familiares y vecinos o haciendo muecas a sus
tataranietas. A sus 126 años, Candulia ha sobrevivido a su marido y a
dos de sus tres hijos: le queda Eleduvildo, de 78, que vive con ella.
"Si no quiero morirme, es por no dejarlo solo", dice Juana ante la
sonrisa de su también anciano hijo. Fue la primera de trece hermanos de
los que aún viven cinco y tiene seis nietos, quince bisnietos y siete
tataranietos. Toda su familia se ha dedicado siempre a la agricultura.
Juana confiesa que echa de menos ser joven y caminar como antes, aunque
todos los días da cortos paseos ayudada por sus nietas, bisnietas o,
incluso, su tataranieta mayor, Yelennis, de siete años.
Según el relato de sus familiares, la longevidad de Juana no tiene
especiales secretos: toda la vida trabajó mucho como ama de casa para
sacar adelante a los suyos, dicen que duerme bien, y que siempre le
gustó comer, sobre todo vianda (yuca o boniato) y carne "cuando hay". No
probó jamás el ron ni el tabaco –Juana dice que son "vicios"– pero, sin
embargo le encanta el café y lo sigue tomando.
Su único
problema de salud actualmente es la hipertensión y toma una pastilla
para controlarla. En los últimos años padeció dos neumonías de las que
logró recuperarse, según explica su nieta Margarita, de 52 años, que
también vive con su abuela. No puede ver –se quedó completamente ciega
hace cinco años– pero le gusta escuchar la televisión y sobre todo las
noticias para "estar informada": su impresión es que el mundo "está un
poco revuelto".
Nunca salió de su Campechuela natal, pero
tenía unos trece años cuando Cuba se independizó totalmente de España en
1898 y más de setenta cuando triunfó la revolución que lideró Fidel
Castro, un momento que sí recuerda: "El anterior gobierno (la dictadura
de Batista) era muy malo", dice.
TRUCOS PARA CUMPLIR 100 AÑOS.
El de Juana es el caso más llamativo, pero, en Cuba, con 11,2 millones
de habitantes, hay más de 1.500 personas que han sobrepasado los cien
años. Algunos de ellos mantienen una vida independiente y activa: los
trucos para conseguirlo los expusieron un grupo de abuelas y abuelos que
sobrepasan el siglo de edad en el XI Seminario Internacional.
"¿Mi secreto?
La calma, la
experiencia, la cultura y leer. Nunca fumé. Tampoco bebí, bueno, en
alguna fiesta sí", dice riendo Graciela Cañas Pérez-Puelles, quien, con
cien años, cinco meses y 18 días derrochó simpatía y vitalidad en ese
encuentro de personas centenarias. Esta risueña profesora de Pedagogía,
que aprendió a tocar el piano de oído y que juega ajedrez y lee a Lezama
Lima y a autores rusos o franceses también recomienda practicar
deporte, principalmente, montar en bicicleta y nadar.
Dulce
María Tugros, de 104 años, no ha practicado nunca deporte y, para ella,
el secreto de vivir muchos años reside en "hacer bien a todo el mundo",
según dijo, esta anciana de cuidadas manos y esmerada manicura,
aficionada a escribir poesías. A sus cien años, Berta Poey Tamayo vive
sola y nada más levantarse enciende el "fogoncito", se prepara un café y
enciende el televisor: le encantan las noticias y las telenovelas.
Su "truco" de longevidad, según cuenta, es la
"tranquilidad, cuidarse,
no tener disgustos y llevarse bien con todo el mundo". "Es importante
que te quieran. Y, además, hay que dar gracias a Dios todos los días",
dice Berta, una mujer de voz clara y rotunda, apasionada del café, que
come de todo y que, de vez en cuando, confiesa con risa pícara, se toma
una copita de vino dulce. Zoila Esperanza Caballero de Varona tiene 102
años y recientemente superó dos isquemias cerebrales que no le
impidieron acudir a la "fiesta de los centenarios".
Su
consejo es que
"la vida ha de llevarse con calma" y que tener buen
carácter, ser alegre y sentirse querido contribuye a vivir más y mejor.
Las mujeres parecen tener más facilidad para llegar a los cien años, a
juzgar por la mayoría de féminas en este encuentro. De los varones que
acudieron, Arcadio Radillo, de 102 años, resume su vida diciendo que él
ha sido y es feliz. Arcadio afirma ser el decano de los masones en Cuba
mientras exhibe el anillo que le identifica como tal, se declara
aficionado al deporte –fue pitcher de béisbol–, a la música –toca el
tres cubano– y al ajedrez. Dice que le gusta comer de todo y que es muy
creyente.
También está al tanto de la actualidad nacional e
internacional.
Para otros, vivir muchos años es simplemente una cuestión de "suerte".
Así lo cuenta, con 101 años, Marino Rodríguez. Con buen humor, cuenta
que en una vida tan larga le ha dado tiempo a hacer de todo, incluso, a
tener malos hábitos de joven, como fumar cigarrillos o tomar alcohol,
aunque luego los abandonó. Es partidario de practicar deporte todos los
días y su recomendación para los jóvenes es sencillamente hacer el bien.
SEIS CLAVES PARA SER UN LONGEVO ACTIVO. El
médico Eugenio Selman, presidente del Congreso sobre Longevidad
Satisfactoria, asegura que hay seis aspectos fundamentales para avanzar
en la "longevidad activa":
motivación, alimentación sana, correcta
atención sanitaria, la actividad física, la cultural y un entorno
ambiental adecuado. Selman, quien durante años fue parte del equipo
médico del círculo de Gobierno cubano y de Fidel Castro, y que preside
la Asociación Médica del Caribe (Ameca) así como el Club de los 120
Años, tiene 81 años y es un convencido de que se puede superar el siglo
de vida con las condiciones vitales adecuadas.
La mayoría de
los centenarios cubanos viven en las provincias de La Habana, Santiago
de Cuba, Holguín, Camagüey y Villa Clara, considerada la región más
envejecida del país. Las autoridades cubanas consideran que la
longevidad, como indicador de calidad de vida, "es una conquista social"
y defienden que los ancianos que sobrepasan los 100 años en el país
tengan "una atención especializada".
Las mujeres superan en
20 por ciento a los hombres dentro del grupo de centenarios en Cuba,
donde la esperanza de vida al nacer es de 78 años (76 para los hombres y
80,02 para las mujeres). En el 2010 se confirmó la tendencia al
envejecimiento del país, donde se estima que, dentro de dos décadas, 30
por ciento de los habitantes superarán los 60 años.
Datos de
la Oficina Nacional de Estadísticas indican que más de dos millones de
los 11,2 millones de personas que viven en Cuba se encuentran en la
tercera edad (mayores de 60 años), y 75 por ciento de ellas supera los
65 años, lo que demuestra el envejecimiento de la población.-