Para un médico especialista en longevidad, ninguna
presentación de sus capacidades profesionales puede ser mejor que la de su
propia vida, y ese es solamente uno de los atributos que clasifican al médico
japonés Shigeaki Hinohara, como el maestro y la gran inspiración que fue.
Falleció a los 105 años y aún trabajando, habiendo vivido su
larga vida con salud mental y física impecables. El Dr. Shigeaki, dejó no sólo
su historia de intensa dedicación a la Medicina y a los cuidados más humanos
con sus pacientes, sino también algunos consejos para que vivamos una buena
vida y longeva, como parte de su legado.
Nacido en 1911, Hinohara, se volvió uno de los médicos del
mundo con más tiempo dedicado a la salud y a la felicidad de sus pacientes. Y
el término “felicidad” aquí no es usado por casualidad: el médico fue un
pionero en el trato más personal e individual con los pacientes e, incluso
después de su muerte, sigue como inspiración para mejorar la calidad de
nuestras vidas.
No cabe duda: el Dr. Shigeaki, entendía de vida, y por eso, vale la pena
recordar aquí sus 12 más importantes consejos, sacados de una entrevista que
dio a los 97 años.
Principios del Dr. Shigeaki Hinohara:
1 . Come bien
“Todos los que viven una larga vida, independientemente de
su nacionalidad, raza o género, tienen una cosa en común: no tienen sobrepeso”.
2 – No tomes atajos
“Para mantenerte saludable, siempre sube escaleras y carga
tus propias cosas. Yo subo de dos en dos los escalones, para ejercitar mis
músculos”.
3 – Redescubre tu energía juvenil
“La energía viene de sentirse bien, no de comer bien o
dormir mucho. Todos recordamos cuando éramos niños y estábamos divirtiéndonos,
cómo nos olvidábamos de comer o dormir. Yo creo que podemos mantener esa
actitud de adultos. Es mejor no cansar al cuerpo con demasiadas reglas como la
hora de comer y de dormir”.
4 – Manténte ocupado
“Siempre planifica con antelación. Mi agenda ya está
completa para los próximos 5 años, con conferencias y mi trabajo habitual, en
el hospital”.
5 – Manténte trabajando
“No hay necesidad de jubilarse jamás, pero si es necesario,
debe ser bastante más tarde de los 65 años. Hace cincuenta años, había
solamente 125 japoneses con más de 100 años. Hoy, son más de 36 mil”.
6 – Sigue contribuyendo con la sociedad
“Después de una cierta edad, debemos esforzarnos para
contribuir con la sociedad. Desde los 65 años trabajo como voluntario. Aún
trabajo 18 horas, 7 días por semana y amo cada minuto”.
7 – Difunde tu conocimiento
“Comparte lo que sabes. Yo doy 150 conferencias al año,
algunas para 100 niños de secundaria, otras para 4.500 empresarios. Normalmente
hablo durante una hora, una hora y media, de pie, para estar fuerte”.
8 – Entiende el valor de las diferentes disciplinas
“La ciencia por sí sola no logra curar o ayudar a las
personas. La ciencia nos trata a todos como una sola cosa, pero las
enfermedades son individuales. Cada persona es única, y las enfermedades están
conectadas con sus corazones. Para entender las enfermedades y ayudar a las
personas, necesitamos de artes liberales y visuales, no solamente la medicina”.
9 – Sigue tus instintos
“Al contrario de lo que te imaginas, los médicos no logran
curar todo y a todos. Entonces, ¿para qué causar un dolor innecesario como, por
ejemplo, una cirugía, en ciertos casos? Yo creo que la música y la terapia
animal pueden ayudar a las personas más de lo que los médicos imaginan”.
10 – Resiste al materialismo
“No te vuelvas loco por acumular cosas materiales. Recuerda:
no sabes cuándo te tocará, y nosotros no nos llevaremos nada de aquí”.
11 – Ten modelos de vida e inspiraciones
“Encuentra a alguien que te inspire para ir más allá. Mi
papá fue a estudiar a Estados Unidos en 1900, fue un pionero y uno de mis
héroes. Más tarde encontré otros guías de vida, y cuando me siento paralizado,
me pregunto cómo habrían lidiado con el problema”.
12 – No subestimes el poder de la diversión
“El dolor es algo misterioso, y divertirse es la mejor
manera de olvidarlo. Si a un niño le duelen los dientes y empiezas a jugar con
él, inmediatamente olvidará el dolor. Los hospitales necesitan cubrir las
necesidades básicas de los pacientes: todos nosotros queremos divertirnos. En
el St. Luke Hospital (que dirigió y donde trabajó hasta el último día) tenemos
música, terapia animal y clases de arte”.
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