Juego de realidad virtual para detectar el alzhéimer.

Sea Quest Hero parece un videojuego en el que los participantes sortean laberintos, evitando los disparos y huyendo de los monstruos marinos, pero en realidad es una herramienta para que los científicos puedan estudiar el alzhéimer y la demencia.

El juego, busca estimular el cerebro de los participantes atribuyéndoles una serie de tareas que requieren la capacidad de memorización y de orientación para, al mismo tiempo, recolectar datos sobre los primeros indicios de la enfermedad.

Uno de los síntomas más tempranos del alzhéimer es la pérdida de la orientación, pero existen pocos datos que comparen las capacidades cognitivas a diferentes edades, una carencia que este juego quiere llenar.

El juego, catalogado como “el más amplio estudio sobre la demencia de toda la historia” , ha sido desarrollado por Deutsche Telekom, la organización de beneficencia británica Alzheimer’s Research UK y expertos de University College London y de la Universidad de East Anglia.

La versión para móviles, lanzada en 2016, ya ha sido descargada tres millones de veces en 193 países.
Cuando una persona juega durante dos minutos, los científicos pueden recolectar la misma cantidad de datos que en un laboratorio les tomaría cerca de cinco horas.
“Esto nos dio una tremenda cantidad de información y nos permite entender cómo los hombres y las mujeres de diferentes edades se mueven en el juego” , dijo a la AFP David Reynolds, jefe de investigaciones en el instituto Alzheimer’s Research UK.
Para jugar, los participantes tienen que usar “diferentes partes de su cerebro y las diferentes partes del cerebro se utilizan de manera diferente según los casos de demencia, esto también nos permite vincular la actividad de un jugador con lo que sucede en su cerebro” , agregó Reynolds.

Con la versión con tecnología de realidad virtual los científicos podrán obtener información todavía más rica. “La tecnología del casco nos está ayudando a detectar hacia donde está mirando una persona además de hacia donde se desplaza” , explicó a la AFP Lauren Presser, uno de los desarrolladores del juego.
“Entonces sabemos si la gente está perdida y cómo se comporta en estas situaciones (...) Cada uno de estos experimentos nos ayuda a obtener datos sobre orientación espacial” .
En el mundo, cerca de 50 millones de personas sufren demencia y alzhéimer, según estimaciones recientes. Para el año 2050 esta cifra podría subir a 132 millones de personas.
Este espectro de enfermedades no tiene cura, pero los desarrolladores del juego esperan que eventualmente éste permita un diagnóstico y un tratamiento más temprano. Reynolds dijo que la utilización del juego podría ser en sí misma una forma de prevención.
“Sabemos que mantener nuestro cerebro entrenado y activo, igual como uno mantiene su cuerpo activo y entrenado, es algo bueno y ayuda a reducir el riesgo de demencia o desacelera su progresión”, dijo.-

Longevidad en Cuba: sobrepasar los cien años de edad.


Se llama Juana Bautista de la Candelaria, es cubana y nació el 2 de febrero de 1885: tiene 126 años y sus ya apagados ojos han visto pasar las hojas de calendarios de tres siglos distintos. Es la persona más longeva de la isla caribeña y seguramente una de las más ancianas de todo el mundo.

La mayor isla de las Antillas presume de contar con el mayor porcentaje de personas centenarias en relación a su población, una ratio en el que dice superar a Japón, el país que registra, en términos absolutos, la cifra más alta de personas que superan el siglo de vida. Cuba, cuyo envejecimiento poblacional es similar al de países del primer mundo, hay actualmente 1.551 personas que han superado los 100 años. Tienen, incluso, un club, el Club de los 120 Años, donde se aboga por una longevidad satisfactoria y activa con el convencimiento de que se pueden cumplir 120 años si se aplican a lo largo de la vida los hábitos y actitudes adecuadas.

CANDULIA, LA MÁS LONGEVA. Quien desde luego lo ha demostrado es Juana de la Candelaria o Candulia, como cariñosamente la llaman sus familiares y amigos en su localidad natal, Campechuela, un poblado rural de la provincia de Granma, a unos 800 kilómetros al oriente de La Habana. Sentada en una mecedora en su humilde vivienda, la anciana exhibe su carnet de identidad con la fecha de su nacimiento, el 2 de febrero de 1885, la misma que figura en el tomo uno, folio 35 del libro del registro civil de la localidad.

En la Dirección de Justicia de Campechuela, en ese libro y al asiento que, con esmerada caligrafía a pluma al estilo de otra época, refiere cómo Juana quedó registrada por su madre, Cecilia, 24 días después de su nacimiento ante el juez municipal José C. Carbonell y el secretario Juan Elías Pérez.

 "Es lo que me ha querido dar Dios": así resume el "secreto" de su longevidad esta menuda mujer de piel oscura y tan frágil que parece de papel, que está ciega y que no puede caminar sola, pero que se mantiene lúcida y con un envidiable sentido del humor: lo exhibe cuando ríe bromeando con sus familiares y vecinos o haciendo muecas a sus tataranietas. A sus 126 años, Candulia ha sobrevivido a su marido y a dos de sus tres hijos: le queda Eleduvildo, de 78, que vive con ella.

 "Si no quiero morirme, es por no dejarlo solo", dice Juana ante la sonrisa de su también anciano hijo. Fue la primera de trece hermanos de los que aún viven cinco y tiene seis nietos, quince bisnietos y siete tataranietos. Toda su familia se ha dedicado siempre a la agricultura. Juana confiesa que echa de menos ser joven y caminar como antes, aunque todos los días da cortos paseos ayudada por sus nietas, bisnietas o, incluso, su tataranieta mayor, Yelennis, de siete años.

Según el relato de sus familiares, la longevidad de Juana no tiene especiales secretos: toda la vida trabajó mucho como ama de casa para sacar adelante a los suyos, dicen que duerme bien, y que siempre le gustó comer, sobre todo vianda (yuca o boniato) y carne "cuando hay". No probó jamás el ron ni el tabaco –Juana dice que son "vicios"– pero, sin embargo le encanta el café y lo sigue tomando.

 Su único problema de salud actualmente es la hipertensión y toma una pastilla para controlarla. En los últimos años padeció dos neumonías de las que logró recuperarse, según explica su nieta Margarita, de 52 años, que también vive con su abuela. No puede ver –se quedó completamente ciega hace cinco años– pero le gusta escuchar la televisión y sobre todo las noticias para "estar informada": su impresión es que el mundo "está un poco revuelto".

 Nunca salió de su Campechuela natal, pero tenía unos trece años cuando Cuba se independizó totalmente de España en 1898 y más de setenta cuando triunfó la revolución que lideró Fidel Castro, un momento que sí recuerda: "El anterior gobierno (la dictadura de Batista) era muy malo", dice.


TRUCOS PARA CUMPLIR 100 AÑOS. El de Juana es el caso más llamativo, pero, en Cuba, con 11,2 millones de habitantes, hay más de 1.500 personas que han sobrepasado los cien años. Algunos de ellos mantienen una vida independiente y activa: los trucos para conseguirlo los expusieron un grupo de abuelas y abuelos que sobrepasan el siglo de edad en el XI Seminario Internacional.

 "¿Mi secreto?  La calma, la experiencia, la cultura y leer. Nunca fumé. Tampoco bebí, bueno, en alguna fiesta sí", dice riendo Graciela Cañas Pérez-Puelles, quien, con cien años, cinco meses y 18 días derrochó simpatía y vitalidad en ese encuentro de personas centenarias. Esta risueña profesora de Pedagogía, que aprendió a tocar el piano de oído y que juega ajedrez y lee a Lezama Lima y a autores rusos o franceses también recomienda practicar deporte, principalmente, montar en bicicleta y nadar.

 Dulce María Tugros, de 104 años, no ha practicado nunca deporte y, para ella, el secreto de vivir muchos años reside en "hacer bien a todo el mundo", según dijo, esta anciana de cuidadas manos y esmerada manicura, aficionada a escribir poesías. A sus cien años, Berta Poey Tamayo vive sola y nada más levantarse enciende el "fogoncito", se prepara un café y enciende el televisor: le encantan las noticias y las telenovelas.

Su "truco" de longevidad, según cuenta, es la "tranquilidad, cuidarse, no tener disgustos y llevarse bien con todo el mundo". "Es importante que te quieran. Y, además, hay que dar gracias a Dios todos los días", dice Berta, una mujer de voz clara y rotunda, apasionada del café, que come de todo y que, de vez en cuando, confiesa con risa pícara, se toma una copita de vino dulce. Zoila Esperanza Caballero de Varona tiene 102 años y recientemente superó dos isquemias cerebrales que no le impidieron acudir a la "fiesta de los centenarios".

 Su consejo es que "la vida ha de llevarse con calma" y que tener buen carácter, ser alegre y sentirse querido contribuye a vivir más y mejor. Las mujeres parecen tener más facilidad para llegar a los cien años, a juzgar por la mayoría de féminas en este encuentro. De los varones que acudieron, Arcadio Radillo, de 102 años, resume su vida diciendo que él ha sido y es feliz. Arcadio afirma ser el decano de los masones en Cuba mientras exhibe el anillo que le identifica como tal, se declara aficionado al deporte –fue pitcher de béisbol–, a la música –toca el tres cubano– y al ajedrez. Dice que le gusta comer de todo y que es muy creyente.

 También está al tanto de la actualidad nacional e internacional. Para otros, vivir muchos años es simplemente una cuestión de "suerte". Así lo cuenta, con 101 años, Marino Rodríguez. Con buen humor, cuenta que en una vida tan larga le ha dado tiempo a hacer de todo, incluso, a tener malos hábitos de joven, como fumar cigarrillos o tomar alcohol, aunque luego los abandonó. Es partidario de practicar deporte todos los días y su recomendación para los jóvenes es sencillamente hacer el bien.

SEIS CLAVES PARA SER UN LONGEVO ACTIVO. El médico Eugenio Selman, presidente del Congreso sobre Longevidad Satisfactoria, asegura que hay seis aspectos fundamentales para avanzar en la "longevidad activa": motivación, alimentación sana, correcta atención sanitaria, la actividad física, la cultural y un entorno ambiental adecuado. Selman, quien durante años fue parte del equipo médico del círculo de Gobierno cubano y de Fidel Castro, y que preside la Asociación Médica del Caribe (Ameca) así como el Club de los 120 Años, tiene 81 años y es un convencido de que se puede superar el siglo de vida con las condiciones vitales adecuadas.

 La mayoría de los centenarios cubanos viven en las provincias de La Habana, Santiago de Cuba, Holguín, Camagüey y Villa Clara, considerada la región más envejecida del país. Las autoridades cubanas consideran que la longevidad, como indicador de calidad de vida, "es una conquista social" y defienden que los ancianos que sobrepasan los 100 años en el país tengan "una atención especializada".

 Las mujeres superan en 20 por ciento a los hombres dentro del grupo de centenarios en Cuba, donde la esperanza de vida al nacer es de 78 años (76 para los hombres y 80,02 para las mujeres). En el 2010 se confirmó la tendencia al envejecimiento del país, donde se estima que, dentro de dos décadas, 30 por ciento de los habitantes superarán los 60 años.
Datos de la Oficina Nacional de Estadísticas indican que más de dos millones de los 11,2 millones de personas que viven en Cuba se encuentran en la tercera edad (mayores de 60 años), y 75 por ciento de ellas supera los 65 años, lo que demuestra el envejecimiento de la población.-

Meditar mejora la memoria y la concentración.

Sara Lazar, durante su conferencia de neurociencia para TEDxCambridge señaló que el Yoga y Meditación logran reducir los niveles de stress y los síntomas asociados con depresión, ansiedad, el dolor e insomnio.

Adicionalmente estas prácticas mejoran la habilidad de las personas para prestar atención e incrementan la calidad de vida de los practicantes.

Lazar señala que estos beneficios se logran gracias a la neuroplasticidad, la capacidad del cerebro para modificarse a sí mismo para adaptarse a las actividades que realizamos. La investigadora resalta que la meditación puede “-literalmente- cambiar nuestro cerebro”.

Los experimentos realizados por Lazar demuestran que la práctica diaria de la meditación puede alterar físicamente la estructura del cerebro y podría incluso reducir el deterioro del cerebro asociado con el envejecimiento.

En uno de sus estudios Lazar comparó las imágenes cerebrales de personas que practicaban meditación con otro grupo de un entorno social similar pero que no practicaba meditación y encontraron que había un aumento en la cantidad de materia gris de las personas que meditaban, sobre todo en el área de la corteza prefrontal del cerebro, una zona asociada con la memoria y la toma de decisiones. Los resultados demostraron que las personas de 50 años que meditaban tenían una corteza prefrontal con un grosor similar al de los jóvenes de 25 años, mientras que las personas que no meditaban mostraban signos de deterioro en la misma zona. Por tanto estas pruebas “demuestran que la meditación ayuda a reducir o previene el deterioro cerebral que ocurre con la edad”.

En un segundo estudio se tomó a personas que nunca habían meditado antes y se les ofreció entrenamiento para meditar a diario por 30 minutos durante ocho semanas. Se identificaron cambios en tres zonas distintas al comparar las imágenes cerebrales de las personas que meditaron y el grupo de control. Se encontró que la meditación generaba cambios en la amígdala, una zona que es responsable de las reacciones del individuo a su medio ambiente;  en el caso de los meditadores, se identificó mayor desarrollo de materia gris en esta zona, logrando una menor  sensación de stress.

El hipocampo es otra de las zonas del cerebro que mostraba diferencias entre los sujetos del experimento, aquellas personas que formaron parte del grupo de meditadores logró un desarrollo mayor en esta zona que aquellos que no meditaron; de acuerdo a Lazar el hipocampo ayuda en los procesos de regulación de las emociones, el aprendizaje y la memoria. Un dato intersante que se descubrió que las personas que padecían de desorden de stress post traumático y las personas con depresión tenían menor cantidad de materia gris en esta zona.

Los investigadores identificaron también cambios en la zona de la articulación témporo-parietal, que es un área del cerebro relacionada a la toma de perspectiva, el desarrollo de la empatía y la compasión.-