Envejecimiento del Sistema Estomatognático: Repercusiones en la Voz
La Foniatría, especialmente en los últimos 10 años, ha investigado y
lanzado propuestas de intervención (prevención y rehabilitación
fonoaudiológica) al grupo de la tercera edad.
Es importante enfatizar que el envejecimiento no es sinónimo de patología.
El envejecer asume una serie de eventos biológicos que modifican la
estructura y función de varias partes del cuerpo. Estos eventos son
esperados y parte de una normalidad, e incluyen algunas alteraciones
frecuente, tales como: velocidad (pasa a ser lentificada), fuerza (pasa a
ser menos intensa), resistencia /estabilidad, coordinación motora,
capacidad respiratoria, batimientos cardíacos, déficit de la memoria
reciente, conducción nerviosa. Claro que estas alteraciones dependerán
de otros factores, llamados relativos, como son la Salud física y
Psicológica, la historia de vida y los aspectos constitucionales (raza,
factores sociales, hereditarios, ambientales) de los adultos mayores.
Relacionado específicamente a los órganos fonoarticulatorios (OFA),
podemos observar alteraciones en: lengua (tono, postura y movilidad),
relación oclusión (por uso de prótesis, por ejemplo), labios (alteración
de tono y postura de reposo), velo palatino (descendido), paladar duro
(por uso de prótesis), epiglotis (más alargada y reposando sobre la base
de lengua), cartílagos (pasan por un proceso de osificación), posición
de laringe (baja a C7).
Estas alteraciones anatomofuncionales de los OFA pueden interferir en
actos motores como habla y la voz (alterando puntos articulatorios, por
ejemplo), masticación (interfiriendo negativamente en las fases de
prensión, trituración, pulverización) y deglución. Sabemos que la
deglución adecuada contempla cuatro fases (preparatoria, oral, faríngea y
esofágica). En la tercera edad podemos encontrar alteraciones en estas
fases de la deglución, que caracterizarían una Disfagia; son algunas de
estas alteraciones: la dificultad en la excursión vertical de laringe,
un cierre glótico ineficiente (la epiglotis puede fallar en la
protección de vías aéreas, lo que puede aumentar el riesgo de una
penetración laríngea), residuos alimentares en vestíbulo (por
movimientos lentificados de los OFA, especialmente lengua), disfunción
de musculatura faringea, disfunción sensorial en paladar u olfato,
“xerostomía” (causada incluso por algunos medicamentos), desequilibrio
oclusal (debidos a implantes dentales y/o el uso de prótesis), menor
sensibilidad intraoral y del tono de la musculatura OFA/cervical.
Las alteraciones presentadas modifican la rutina del adulto mayor,
quienes llegan a modificar sus hábitos alimentarios, afectando su salud
general y también su auto- estima. En algunos casos, estas variaciones
pueden causar un cuadro de depresión – completamente entendible, si
consideramos que el alimentarse es un evento social, familiar, ya que
nuestra cultura valora las comidas como un “palco” para estos eventos.
La actuación fonoaudiológica podría darse a nivel preventivo y/o de
rehabilitación en estos casos. Pero la disfagia o alteraciones del
sistema Estomatognático (OFA) no son el único foco de actuación
fonoaudiológica para la tercera edad. Asumiendo los cambios en la
laringe (cartílagos, musculatura, entre otros) y la capacidad
respiratoria, también debemos considerar cambios en la voz de los
adultos mayores.
La voz es la extensión de nuestra personalidad, y una de las
herramientas fundamentales que permiten la comunicación en el ser
humano. Sin embargo, mientras avanzamos en la edad, el organismo sufre
cambios fisiológicos que repercuten en el desempeño global del individuo
(físico, psicológico, cognitivo, social y emocional), los cuales
disminuyen la actividad en general. Es el caso también del aparato
fonador, cuyas estructuras sufren modificaciones anatomofisiológicas
concretas, caracterizadas por la calcificación u osificación gradual de
los cartílagos laríngeos y atrofia de los músculos intrínsecos de la
laringe (Behlau, 1995). Esto causa una disminución del rendimiento
vocal, que no es exclusivo de la laringe: también hay repercusiones en
el sistema resonador, el sistema respiratorio y la postura, por ejemplo.
Podemos mirar las modificaciones de la voz bajo dos prismas: el de la Presbilaringe y el de la Presbifonía.
En la Presbilaringe, verificamos la calcificación y osificación gradual
de cartílagos laríngeos (cerca de los 65 años, ya no hay movilidad), la
atrofia de musculatura laríngea intrínseca, la reducción de espesura de
pliegues vocales, la pérdida de elasticidad en tejidos y en la fuerza
muscular, la reducción en la capacidad respiratoria vital. En la
Presbifonía, es necesario realizar un diagnóstico diferencial, según
Morrison & Rammage (1994), contemplando alteraciones vocales
fisiológicas, uso de compensaciones inadecuadas, reflejos de desorden
emocional, enfermedades neurológicas (centrales/periféricas), y un “mix”
de datos (RGE, Enfermedades orgánicas, depresión, etc…). Obsérvase
un aumento de la frecuencia fundamental (204Hz) en los hombres, con un
aumento de extensión tonal al falsete, y por otro lado, existe una
disminución de la frecuencia fundamental (180Hz) para las mujeres.
Hay un deterioro de la calidad vocal general, con una inestabilidad
vocal (emisión temblorosa), aumento en el jitter (variación alrededor de
la frecuencia fundamental) y el desplazamiento de las formantes. Hay
una reducción de la intensidad de las vocales y una disminución de la
presión intra-oral, lo que repercute también en el ataque vocal
(tendiente a soplado).
En el habla, hay un considerable aumento de la duración de pausas
articulatorias, que también explica la reducción de los tiempos máximos
de fonación (los dos estarían relacionados a la baja de capacidad
pulmonar).
La actuación del Foniatra puede minimizar los efectos de la Presbilaringe sobre la voz, retardando así la Presbifonía.
Basta con asumir una propuesta de intervención preventiva, proponiendo
campañas de salud para orientar a los adultos mayores de los beneficios
de la terapia foniátrica de prevención.-
Lic. Daniel Guzmán - Fonoaudiólogo - Hospital San Juan de Dios - Buenos Aires
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