“Es un fruto, como de almendras, que venden molido y
tiénenlo en tanto que se trata por moneda en toda la tierra y con ella
se compran todas las cosas necesarias”.
Así presentaba Hernán Cortés el
cacao a Carlos I, a su regreso del entonces “Nuevo mundo” recién
descubierto por Colón. El nombre científico de esa venerada bebida
originariamente de sabor amargo es Theobroma cacao, que literalmente
significa alimento de los dioses. Las leyendas mayas y aztecas cuentan que fue un regalo divino a los “mortales”.
Un delicioso regalo que desde entonces ha gozado de buena fama y a partir de ahora la tendrá mejor aun. Las propiedades neuroprotectoras que se le han atribuido acaban de ser confirmadas por un estudio publicado en la prestigiosa revista Nature Neuroscience.
Uno de sus componentes, la epicatequina, un flavonol con acción antioxidante, ha demostrado su eficacia para revertir las pérdidas de memoria normales asociadas a la edad. Esas que a partir de los cincuenta hacen más difícil localizar el coche en la playa del supermercado o que haya que poner más empeño en aprender cosas nuevas o recordar nombres.
Movidos por esa fama de protector del cerebro que rodea al cacao, los investigadores probaron una dieta rica en epicatequina (900 miligramos al día) durante tres meses en 37 voluntarios sanos con edades comprendidas entre 50 y 69 años. El ensayo, doble ciego, mostró una mejoría notable en la cognición equivalente a un rejuvenecimiento de 30 años,
aseguran los investigadores de la Universidad de Columbia. “Los
participantes que tenían una memoria típica de una persona de 60 años al
inicio del ensayo, después de tres meses de consumo de una bebida rica
en flavonoides del cacao mostraban una mejoría en su memoria que los
equiparaba a las personas de 30 o 40 años”, explica Scott A.Small,
director del Centro para Estudio de la Enfermedad de Alzheimer, que
lidera el trabajo.
Las pruebas
Tal afirmación se basa en los resultados obtenidos con dos pruebas complementarias. Por un lado, un test que
los investigadores han adaptado para medir específicamente la actividad
de un región concreta del hipocampo (el guardián de la memoria) que
previamente se había visto que se deterioraba con la edad en paralelo a
la dificultad para recordar: el giro dentado.
Con su investigación han conseguido la primera evidencia
directa de que el declive de la memoria asociado a la edad se debe a
cambios en esta región especifica del cerebro (el giro dentado del
hipocampo) y, lo que es más interesante, que este deterioro puede
revertirse con una intervención dietética.
Estudios previos con ratones, en agosto del año pasado, les
pusieron sobre la pista. En esa ocasión la investigación en la que
participaba Scott la dirigía el premio Nobel Eric Kandel, galardonado en el año 2000 precisamente por sus estudios sobre la memoria. Entonces encontraron una molécula implicada en la pérdida de memoria asociada a la edad, que además permitía confirmar de manera “irrefutable” que esos despistes frecuentes con el paso de los años no están relacionados con la enfermedad de Alzheimer, aseguraba Erik Kandel.
Mientras que la pérdida de memoria asociada a la edad se
asocia al giro dentado del hipocampo, las primeras anomalías que tienen
lugar en la enfermedad del Alzheimer ocurren inicialmente fuera de esta
región, en la corteza entorrinal.
Muy esperanzador fue entonces que lograron revertir esa pérdida de memoria no
patológica en los roedores aumentando los niveles de esa proteína
deficitaria, denominada RbAp48, que se localiza precisamente en el giro
dentado. “El hecho de que hayamos sido capaces de revertir la pérdida de
memoria asociada a la edad en ratones es muy alentador”, destacaba el
año pasado el Nobel Kandel.
Incrementar los niveles de esa proteína en nuestro cerebro es algo más complicado. Por eso Small pensó en los flavonoides del cacao,
que previamente había demostrado beneficios para el cerebro. Y
funcionó. Los voluntarios que habían recibido una dosis alta de
flavonoides mejoraban espectacularmente en una prueba de memoria
que consistía en encontrar diferencias sutiles en el menor tiempo
posible entre dos imágenes muy parecidas. Precisamente la agudeza que se
pierde con la edad, que reside en el giro dentado del hipocampo, y nos
hace despistarnos en el aparcamiento.
Las puntuaciones del test encontraban un apoyo adicional en los cambios observados por un método específico de resonancia magnética, que mostraba un funcionamiento notablemente mejor del giro dentado de los participantes que habían recibido la bebida a base de flavonoides.
Somos lo que comemos
Aunque los médicos no suelen dudar en admitir que una dieta alta en colesterol puede acarrear problemas para el corazón y el cerebro, pero son más reacios a admitir que determinados componentes de la dieta pueden contribuir a mejorar la salud de
estos órganos, a pesar de que algunos estudios lo apuntaban, aun sin
demostrar una relación causa-efecto. Y eso es lo que ahora ha logrado
Scott con las epicatequinas, presentes en el cacao, el te verde, frutos rojos y algunos vegetales. Gracias a su investigación puede que cambie esa idea y se admita que somos lo que comemos.
Sin embargo, los propios investigadores advierten que no es posible obtener 900 miligramos del flavonoide epicatenina comiendo chocolate. En primer lugar porque los procesos de fabricación, como el tostado y el tratamiento con álcali para quitarle el sabor amargo al cacao, hacen que se pierda hasta el 90% de este beneficioso compuesto. Y porque una dosis de chocolate diaria para obtener tal cantidad sería perjudicial para la salud.
Además, advierten, aunque muy alentadoras, sus conclusiones se han obtenido con una muestra pequeña de personas, 37 voluntarios, por lo que tendrán que ser replicadas en un estudio a gran escala, que el equipo de Columbia ya está planeado llevar a cabo.
Preguntado por ABC, Scott no descarta la posibilidad de que en unos años podamos encontrar en la farmacia suplementos de flavonoides, igual que ya ocurre con los ácidos grasos omega-3. “Supongo que a la vista de nuestros resultados sería factible. O tal vez sea interesante diseñar una dieta alta en flavonoides”, señala.-
Nota original: Pilar Quijada - Madrid
Un estudio publicado recientemente por la revista británica Nature Neuroscience revela que el consumo regular de chocolate puede prevenir y revertir la pérdida de memoria relacionada con el transcurso de los años. Pruebas clínicas realizadas comprueban que un componente identificado como flavonol y de efecto antioxidante generó efectos positivos en sujetos de prueba entre 50 y 69 años de edad. Por su parte investigadores de la Universidad de Columbia, estado de Nueva York (noreste de Estados Unidos) corroboraron los resultados del estudio a raíz de una serie de pruebas clínicas complementarias. "Los participantes que tenían una memoria típica de una persona de 60 años al inicio del ensayo, después de tres meses de consumo de una bebida rica en flavonoides del cacao mostraban una mejoría en su memoria que los equiparaba a las personas de 30 o 40 años" explicó uno de los investigadores a Nature Neuroscience. No obstante, estudios previos realizados en roedores y dirigidos por el ganador del Premio Nobel de Ciencia, Eric Kandel, muestran la retención de determinadas informaciones que no estarían relacionados con la enfermedad de Alzheimer. Los expertos precisan que resulta casi imposible obtener la cantidad flavonoides necesarios por vía exclusiva del chocolate; por lo que sugieren complementar la dieta con suplementos vitamínicos. Este contenido ha sido publicado originalmente por teleSUR bajo la siguiente dirección: http://www.telesurtv.net/news/Consumo-de-chocolate-evitaria-perdida-de-memoria-por-vejez-20141027-0012.html. Si piensa hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y coloque un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. www.teleSURtv.net
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