"Comienzo (mis manos y la siembra)" de Teresita


El Grupo de Dinámicas hace poco que se reune (3 encuentros). Está naciendo. En el escrito siguiente Teresita expresa acertadamente lo que se está gestando.

Comienzo…
Una vez más…

Siempre estar comenzando…

En el entretejido de la vida, los constantes comienzos parecen ser lo
irremediable, pero también lo posible. ¡Estoy viva !

Estoy viva y hoy comienzo, esperanzada y ansiosa en una nueva primavera;
ella me devuelve una parte de mí que se estaba secando.


El suelo agotado me pedía otro espacio para la siembra.


Fue importante detectar el agobio de la tierra, para no seguir plantando
semillas estériles.


Aquí estoy, con mis manos, herramientas,
con una tibia llama interior, herramienta,
con la promesa de lluvias mansas… y arideces…

Estoy aquí, con mis miedos… y a pesar de ellos.

Vengo por los pensamientos y palabras compartidos.
Vengo por la fuerza dada y recibida.
Vengo por la rispidez que modele mi paisaje.

Vengo para incorporar humanidades.
Traigo los frutos recogidos a lo largo de otras cosechas.

Comienzo, porque, todavía, quedan amaneceres.
A mi lado, aquí cerca, en la tierra en común elegida, siento a mis
compañeros de labranza. Los miro, pero aún no los reconozco; me surgen
fragmentados, diversos…

En algunos, las fuerzas de la naturaleza han dejado huellas visibles,

y las que no veo ?...

otros parecen iniciar tímidamente la jornada …
Todos tienen una chispa en la mirada.

Poco a poco vamos enlazando las manos, todas las manos, las vacilantes,
las encallecidas, las frágiles, las seguras.

La posibilidad del fruto nos convoca; todas las manos son indispensables.
Deberé aprender en cada instante a confiar en las otras manos, para la
completud: unas serán hábiles en el surco, otras sensibles para detectar el
tiempo óptimo para la siembra; las más, conocedoras de las alquimias que
transforman los campos.

Doblaremos juntos la espalda; necesitamos acercarnos a la tierra, para
comprenderla; sólo así nos comunicará sus secretos.

Nos doblaremos, pero juntos; cada uno desde sí y para todos.
Tenemos herramientas para compartir y nuestras manos, reflejo de quienes
somos; ellas también se irán transformando.

Un día no tan lejano, veremos florecer la espiga y cada uno habrá
modificado, dentro de su tiempo y su forma la aptitud y la actitud para el
encuentro con otras primaveras.-

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