LONDRES (EFE).- Para tratar de frenar el envejecimiento, de nada sirve seguir una dieta rica en verduras, cereales y fruta, o aplicarse cremas contra los efectos de los radicales libres, según un estudio del University College London.
Esta investigación pone en tela de juicio una teoría que tiene más de medio siglo de historia: la de que los antioxidantes son una especie de elixir de la juventud.
La investigación, que publica la revista Genes and Development , recuerda que en 1956 los científicos aseguraron que el envejecimiento es causado por el daño celular que producen las formas reactivas del oxígeno, conocidas como radicales libres.
Según esta teoría, los antioxidantes contrarrestan los efectos nocivos de los radicales libres.
Los autores del estudio cuestionan esta tesis y explican que no ha habido nunca una teoría definitiva al respecto porque las industrias de la belleza y la salud han encontrado un filón de oro en las citadas dietas, fármacos y cremas antioxidantes.
Para demostrarlo, realizaron un experimento con gusanos nematodos, que comparten con nosotros un buen número de genes, pero tiene una vida corta que permite estudiar el proceso del envejecimiento en un lapso breve.
El director del equipo, David Gems, explicó que los manipularon genéticamente para que pudieran eliminar el exceso de radicales libres y comprobaron que su esperanza de vida no variaba.
Gems añadió: "Está claro que la oxidación forma parte del proceso, pero sólo desempeña un pequeño papel en la historia".
Esto no quiere decir, agrega, que una dieta equilibrada no ayude a prolongar la vida, pero es porque previene enfermedades como el cáncer, la diabetes y la osteoporosis, no las arrugas.-
Esta investigación pone en tela de juicio una teoría que tiene más de medio siglo de historia: la de que los antioxidantes son una especie de elixir de la juventud.
La investigación, que publica la revista Genes and Development , recuerda que en 1956 los científicos aseguraron que el envejecimiento es causado por el daño celular que producen las formas reactivas del oxígeno, conocidas como radicales libres.
Según esta teoría, los antioxidantes contrarrestan los efectos nocivos de los radicales libres.
Los autores del estudio cuestionan esta tesis y explican que no ha habido nunca una teoría definitiva al respecto porque las industrias de la belleza y la salud han encontrado un filón de oro en las citadas dietas, fármacos y cremas antioxidantes.
Para demostrarlo, realizaron un experimento con gusanos nematodos, que comparten con nosotros un buen número de genes, pero tiene una vida corta que permite estudiar el proceso del envejecimiento en un lapso breve.
El director del equipo, David Gems, explicó que los manipularon genéticamente para que pudieran eliminar el exceso de radicales libres y comprobaron que su esperanza de vida no variaba.
Gems añadió: "Está claro que la oxidación forma parte del proceso, pero sólo desempeña un pequeño papel en la historia".
Esto no quiere decir, agrega, que una dieta equilibrada no ayude a prolongar la vida, pero es porque previene enfermedades como el cáncer, la diabetes y la osteoporosis, no las arrugas.-
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