Las ventajas de ser maduro

Los mayores pueden ver múltiples puntos de vista con mayor facilidad, están más interesados en buscar un acuerdo para resolver los conflictos personales y los de tipo social, saben reconocer los límites de su propio conocimiento y están más dispuestos a admitir que hay cosas que desconocen.

EFE. 24 Noviembre 2011 MÉXICO, DF.- Las últimas investigaciones científicas confirman que, como los buenos vinos, muchas personas van ganando calidad humana con el paso de los años, sobre todo a partir de la sexta década de su vida.

Estudios recientes de universidades estadounidenses, basados en encuestas, cuestionarios, juegos, tareas y pruebas psicológicas, demuestran que algunos adultos mayores están más capacitados que los jóvenes para verle el lado positivo a las situaciones adversas.

Los mayores pueden ver múltiples puntos de vista con mayor facilidad, están más interesados en buscar un acuerdo para resolver los conflictos personales y los de tipo social, saben reconocer los límites de su propio conocimiento y están más dispuestos a admitir que hay cosas que desconocen.

Todos estos atributos hacen que, a partir de la sexta década de existencia, la gente sea más sabia que los más jóvenes, de acuerdo a un trabajo de la Universidad de Michigan, dirigida por el profesor de Psicología Richard Nisbett y en la que participaron 247 personas divididas en tres grupos de edad: de 25 a 40, de 41 a 59, y a partir de los 60 años. “La gente siempre ha opinado que las personas más viejas son más sabias, y ahora tenemos algunas pruebas de que es verdad. Independientemente de la clase social y del nivel de inteligencia, los adultos mayores son más sabios para los conflictos de grupos e individuales”, señaló el profesor Nisbett.

Por otra parte, la creencia popular de que las personas mayores toman decisiones menos arriesgadas, también ha sido puesta en entredicho por un nuevo estudio en el que han participado 54 adultos, de 66 a 76 años, y 58 personas más jóvenes, de entre 18 y 35 años.

“Lo que hace que la gente sea más adversa al riesgo no es la edad”, según Scott A. Huettel, profesor de Psicología y Neurociencias coautor del estudio de la Universidad de Duke.

Los mayores son muy decididos

Su investigación ha comprobado que, en algunos casos, los adultos mayores toman decisiones sobre ganar dinero tan buenas, e incluso mejores, que los más jóvenes, y muestran una mayor capacidad para tolerar el riesgo financiero. De acuerdo a los investigadores, los declives relacionados con la edad, en la memoria y la capacidad de procesar información con rapidez, pueden influir sobre la capacidad de la gente mayor para tomar decisiones, pero cuando tienen los mismos niveles de memoria y velocidad de procesamiento de los más jóvenes es probable que tomen los mismos tipos de decisiones,
Un tercer trabajo, de un equipo de psicólogos de la Universidad de California, avala la teoría de que la inteligencia emocional y las habilidades cognitivas pueden agudizarse a partir de los 60 años de edad.

La investigación, en la que se estudió a 144 adultos sanos —algunos de los cuales rondaban los 20 años, otros entre 40 y 50 años, y un tercer grupo de 60 y 70 años— ha mostrado cómo las estrategias y respuestas emocionales de los seres humanos se transforman. “La gente mayor es más capaz que las personas jóvenes de verle el lado positivo a las situaciones adversas y de empatizar, es decir ponerse en el lugar del otro y entenderlo”, según el profesor de Psicología Robert Levenson, que ha dirigido la investigación.-

Ejercicio físico: prevención de la demencia

Un amplio estudio de revisión bibliográfica recientemente publicado en la revista Mayo Clinic Proceedings (Mayo Clin Proc) da un fuerte espaldarazo a la evidencia actual de que el ejercicio físico reduce el riesgo de demencia.

Según este estudio, cualquier actividad física aeróbica que eleve la frecuencia cardíaca e incremente la demanda corporal de oxígeno puede reducir el riesgo de demencia, e incluso retrasar el declive cuando la demencia ya ha comenzado.

Los autores han realizado un metaanálisis de toda la evidencia publicada en estudios sobre la neuroprotección cognitiva del ejercicio físico, documentándose una significativa reducción del riesgo de demencia mediante el ejercicio físico durante la madurez, con efecto protector también sobre el riesgo de deterioro cognitivo en general.

Entre los pacientes que ya sufren deterioro cognitivo leve o demencia, varios estudios han documentado el hallazgo de mejores puntuaciones cognitivas tras un periodo de 6 a 12 meses de ejercicio físico, en comparación con controles sedentarios.

El metaanálisis de los estudios sobre el ejercicio físico en adultos sanos también mostró su asociación con puntuaciones cognitivas significativamente mejoradas. En un amplio estudio con personas mayores, un año de ejercicio físico aeróbico resultó estar asociado a volúmenes significativamente mayores del hipocampo, y a una mejor memoria espacial. Otros estudios realizados también en mayores documentaban que el ejercicio atenuaba la pérdida del volumen de materia gris cerebral asociada a la edad.

Otros estudios examinados en este metaanálisis encontraron asimismo volúmenes mayores en el hipocampo o en la sustancia gris cerebral en sujetos mayores físicamente en forma, en comparación con los sedentarios. El estudio de las redes cognitivas mediante imagen de resonancia magnética funcional evidencia también una conectividad mejorada tras 6 a 12 meses de ejercicio.

Los estudios en animales indican que el ejercicio facilita la neuroplasticidad a través de varios mecanismos biológicos, con mejores resultados en el adiestramiento. La inducción de factores neurotróficos cerebrales mediante el ejercicio ha sido confirmada en múltiples estudios animales, con evidencia indirecta de este mismo proceso en los humanos.

Más allá de un efecto neuroprotector del cerebro, el ejercicio físico puede atenuar también del declive cognitivo, a través de la mitigación del riesgo cerebrovascular, incluyendo la contribución de la enfermedad de pequeño vaso hacia la demencia. El ejercicio no debería ser pasado por alto como una estrategia terapéutica importante.

Referencia bibliográfica: J. Eric Ahlskog, Yonas E. Geda, Neill R. Graff-Radford and Ronald C. Petersen. Physical Exercise as a Preventive or Disease-Modifying Treatment of Dementia and Brain Aging. Mayo Clin Proc 2011;86:876-884.

Nuevo Centro de Jubilados GAY

el primero en Argentina para personas mayores.
Tienen más de 60 años, experiencias de vida y ganas de compartirlas con sus pares, historias de lucha y de silencios por su condición sexual, y ganas de disfrutar de la vejez sin tener que ocultar su identidad de gay, lesbiana o transexual. El primer centro de jubilados y pensionados para homosexuales del país comenzó a funcionar en la organización no gubernamental (ONG) “Puerta Abierta a la Diversidad”, en el barrio de Almagro, con el objetivo de brindar un espacio cultural, de recreación, contención y pertenencia.
“Más que una propuesta era una necesidad. Hace diez años trabajamos en la ONG con gays y lesbianas, y los adultos mayores nos manifestaban que no tenían un lugar donde reunirse sin ocultar su sexualidad, porque cuando iban a un centro de jubilados tenían que disimular porque se sentían discriminados”, destacó la psicóloga Graciela Balestra, una de las fundadoras de Puerta Abierta, junto a su pareja, la psicóloga Silvina Tealdi.
Así fue que tras escuchar las historias de los adultos mayores homosexuales, que tenían como patrón común la soledad, iniciaron los trámites y formaron una Comisión Directiva. Y tras el anuncio en los medios de comunicación de la inminente apertura del centro comenzaron a recibir cientos de llamados y correos electrónicos.
El centro fue inaugurado el sábado 27 de setiembre y el viernes pasado tuvieron la primera reunión de socios, donde comenzaron a ponerse de acuerdo sobre los días y horarios, los talleres, los servicios, y demás actividades a organizar, como viajes de turismo y miniturismo.

La discriminación “Ellos nos hablaban de la soledad, que no sabían qué hacer los fines de semana, y tampoco sabían dónde conocer a otros gays de su edad porque en los boliches son todos jóvenes, y no contaban con espacios para mayores homosexuales. Además en los centros de jubilados no podían expresarse como son y se sentían discriminados”, indicó a este diario Balestra.
Al respecto comentó que “una señora nos contaba que no se animaba a contar en el centro de jubilados al que iba que era lesbiana y al preguntarle ‘por qué, si ser homosexual no es un delito’, ella contestó que allí había un señor que el resto pensaba que era gay y se burlaban mucho de él, lo despreciaban, y por eso ni loca ella iba a decirlo”.
En tanto, aclaró que Puerta Abierta no solo es un centro de jubilados para mayores homosexuales, sino también para heterosexuales, “donde cada uno puede mostrarse abiertamente como es”. Los interesados en formar parte del centro deben comunicarse al (15) 6711-4263, enviar un correo electrónico a puertaabierta2007@yahoo.com.ar o visitar la página de Internet www.puertaabierta.com.ar

“Eran todos invisibles” En declaraciones a este diario, la presidenta del centro, Norma Castillo, de 67 años, señaló que hacía tiempo que se “preguntaba dónde está el resto (de los homosexuales mayores), porque eran todos invisibles no había nadie”; pero tras el anuncio de la inauguración “recibimos una avalancha de llamados y empezaron a aparecer”.
“Con mi pareja -con quien se unió civilmente hace unos meses tras 30 años de convivencia- tuvimos una vida social muy activa, como personas comunes y corrientes, y queríamos continuar en la vejez con esa vida social. La tercera edad gay necesita contención, actividades, que no nos desplacen ni ignoren, y cuando uno tiene fuerza para hacer algo, hay que hacerlo, reunirse y compartir”, manifestó.
En este marco comentó que “muchos gays que van a centros de jubilados no quieren decir su condición por miedo al rechazo”. Asimismo resaltó que “cuando uno entra a un centro y está solo, por ejemplo, un hombre, enseguida le quieren buscar novia, aunque él no quiera, y ¿cómo hace para decir que es gay?; lo mismo pasa con las mujeres, le quieren buscar un novio y ¿cómo hace para decir que es lesbiana?”.
Al respecto, Castillo destacó que en Puerta Abierta “se recibe a todo el mundo, homo o heterosexuales, pero consabiendo que es un centro gay y uno puede expresarse libremente y estar bien, sin tener que reprimirse ni resignarse a esconderse ni vivir callado”.
Natalia Muñiz

Sordera de la edad: presbiacusia

La sordera relacionada con la edad o presbiacusia, es la causa más común de pérdida auditiva en nuestra sociedad industrializada y es actualmente la enfermedad neurodegenerativa más común relacionada con la edad. Los estudios epidemiológicos demuestran que afecta aproximadamente al 23% de la población entre los 65 y 75 años, al 40% de la población mayor a 75 años y a más del 80% de los pacientes mayores de 85 años. Lo anterior es el reconocimiento institucional, sin embargo la realidad es que podemos observar pacientes con presbiacusia de 23 años de edad. El reconocimiento legal de esto último está muy lejano, dado que equivale a que las autoridades sociopolíticas reconozcan la mala planeación de las ciudades y en consecuencia el pago de las pensiones correspondientes.

Presbiacusia deriva del griego: Presbyte que significa viejo y acusia oír. El aumento de la expectativa de vida que hemos tenido en el ultimo siglo ha condicionado a un incremento de las enfermedades degenerativas relacionadas con el proceso de envejecimiento donde la pérdida auditiva es la cuarta condición crónica más común que afecta a los individuos mayores de 65 años de edad, solamente excedida por la artritis, la hipertensión y las cardiopatías. Actualmente no existe un solo factor de riesgo como causa de esta hipoacusia, intervienen causas multifactoriales entre los que podemos destacar las alteraciones metabólicas, fisiológicas, tóxicas, ambientales, dietéticas y la carga genética individual.

El proceso degenerativo ocasionado por el envejecimiento en el oído interno implica una disminución gradual de la resistencia y de la fragilidad celular, la cual se ve agravada por: a) Alteraciones exógenas como el tabaquismo, alcoholismo y el trauma acústico. b) Alteraciones endógenas, manifestadas por cambios bioquímicos vinculados principalmente con los radicales libres, el metabolismo oxidativo de las células y mutaciones mitocondriales adquiridas que contribuyen a un proceso degenerativo donde prácticamente ningún órgano de la economía se salva de presentar alguna alteración. Los cambios degenerativos del oído interno originados por la presbiacusia están caracterizados por una perdida auditiva bilateral (hipoacusia neurosensorial) particularmente a las frecuencias altas y un deterioro en la discriminación de la palabra (captación de la inteligilibidad de la palabra).

El diagnóstico se establece a través de una historia clínica y una exploración física exhaustivas con el fin de identificar algún diagnóstico diferencial. Por lo que en el interrogatorio se debe dirigir sobre los signos y síntomas que pudieran acompañarlo o estar asociados a la hipoacusia que exhiben. Estos síntomas unilaterales son acúfeno, plenitud ótica, disfunción tubárica, mareo, pérdida de la conciencia o alteraciones de otro par craneal. Es importante interrogar sobre posibles causas de hipoacusia como trabajos en ambientes ruidosos, infecciones óticas, cirugías de oído, trauma acústico y el uso de sustancias ototóxicas. La exploración física busca descartar la existencia de lesiones del pabellón auricular, tapones de cerumen, estenosis del conducto auditivo externo, perforaciones timpánicas, tímpanoesclerosis masiva y otitis media con efusión.

La presentación clínica típica de esta enfermedad es un paciente adulto de 65 años de edad, que en la mayoría de los casos refiere una pérdida auditiva que se desarrolla lenta y gradualmente, pasando incluso inadvertida por la mayoría de las personas hasta que su progresión interfiere con la comunicación diaria y la interacción social. Prácticamente los pacientes no refieren ningún antecedente de problema auditivo previo, pero hacen referencia a su patología, como la capacidad de oír pero de no entender las palabras. Es frecuente que se refieran a ella de las siguientes formas:

a) Refieren dificultad para identificar sonidos agudos como la voz de los niños y las mujeres, sin embargo, mejora su percepción con sonidos graves como la voz masculina.

b) Necesita aumentar el volumen del radio o la televisión, lo que puede ser molesto para otras personas.

c) Es frecuente que confundan palabras en una conversación y que perciban que la gente les habla entre dientes o murmurando. Esta queja se agrava aun más si están en reuniones o ambientes ruidosos.

d) Tienden a concentrarse para escuchar y es frecuente que traten de leer los labios.

e) Evitan contestar el teléfono e incluso algunos sonidos les son molestos.

f) Refieren un acúfeno permanente que se acentúa más por la noche.

Como hemos observado, las alteraciones de la función auditiva están ligadas con factores psicológicos que pueden incrementar el aislamiento social y la depresión con la que cursan algunos pacientes de la tercera edad. Es importante señalar que a pesar del origen de la presbiacusia, este tipo de pérdida auditiva se puede apreciar desde los 40 años de edad (reconocimiento institucional) como una disminución leve de la audición que afecta principalmente a las frecuencias agudas. En conclusión, no se considera que la presbiacusia se trate de un proceso fisiológico, debido a que existen factores de riesgo que condicionan su desarrollo y no todos los individuos la presentan.

Schuknecht en 1974 describió cuatro tipos de presbiacusia según los hallazgos patológicos encontrados en huesos temporales de pacientes que refirieron este tipo de hipoacusia:

1.- Neural

Es una hipoacusia donde el rasgo clínico más importante es una disminución en la discriminación del habla, secundaria a una pérdida de neuronas cocleares, principalmente aquellas que inervan la vuelta basal de la cóclea, donde se encuestan las frecuencias agudas. El neuroepitelio se encuentra preservado o escasamente dañado. La audiometría presenta una discriminación del habla más severa que la perdida auditiva en la audiometría de tonos puros (regresión fonémica), representada por una disminución auditiva progresiva en las frecuencias agudas.

2.- Sensorial

También conocida como coclear, se refiere a una atrofia del órgano de Corti, con las principales alteraciones en la vuelta basal de la cóclea y en ocasiones con un deterioro del nervio auditivo. La característica más importante en estos pacientes es la algiacusia (malestar por sonidos de intensidad elevada). Se manifiesta en el audiograma como una pérdida abrupta de las frecuencias altas.

3.- Metabólica o estrial

Se observa: a) Una atrófia de la estría vascularis del oído interno, b) Una alteración en la composición iónica de la endolinfa y c) Una generación del potencial endococlear. El audiograma frecuentemente reporta un deterioro del umbral auditivo muy similar en todas las frecuencias y la discriminación del habla tiende a ser excelente en relación con la perdida auditiva, demostrando muy pocas alteraciones.

4.- Mecánica

Es una hipoacusia, donde el daño estructural se observa por la pérdida de las cualidades elásticas de la membrana basilar y el ligamento espiral en el oído interno. Ocasionando una escasa degeneración sensorial o neural.

Dr. Eduardo López Lizárraga y Dr. Mario Jesús Jr. Villegas González

Envejecimiento saludable


Envejecer es una parte natural de la vida. Cómo se sentirá a medida que envejezca depende de muchos factores, que incluyen los problemas de salud comunes en su familia y las elecciones que haga. Si cuida bien de su cuerpo y aprende maneras positivas de manejar el estrés ahora, puede desacelerar o incluso prevenir problemas que por lo general vienen con la vejez.

Nunca es demasiado temprano ni demasiado tarde para cambiar los malos hábitos y para empezar con los buenos hábitos. Sin importar cuándo empiece, un estilo de vida saludable puede marcar la diferencia en cuanto a cómo se siente y qué puede hacer.

¿Qué determina cuán saludable estará a medida que envejece?

Los cambios que atravesará a medida que envejezca dependen de una serie de factores. Uno son sus antecedentes familiares (genética). Si sus familiares tienen enfermedades o problemas de salud continuos (crónicos), como presión arterial alta o diabetes, es posible que usted tenga mayores probabilidades de tener esos problemas. Pero sólo porque su riesgo sea más alto no significa que definitivamente tendrá los mismos problemas. De hecho, las elecciones de estilo de vida que haga pueden ayudar a reducir sus probabilidades de contraer enfermedades comunes en su familia. Y aunque tenga una enfermedad familiar, elegir hacer actividad física, comer alimentos saludables y aprender cómo manejar el estrés pueden evitar que la enfermedad destruya su capacidad para disfrutar sus años dorados.

¿Qué tipos de cambios debería esperar a medida que envejece?

Los cambios a medida que envejece por lo general son graduales. Ciertos cambios físicos son comunes. Su metabolismo (la rapidez con la que su cuerpo puede quemar calorías) se enlentece con el tiempo, lo que significa que su cuerpo necesita menos energía de los alimentos que antes. Cuánto y cuán bien duerme probablemente cambiará también. La mayoría de las personas empiezan a necesitar anteojos para leer alrededor de los 40 años, y muchas personas tienen pérdida de audición más adelante. A partir de los 50 años el envejecimiento óseo aumenta. También a partir de los 50 años aproximadamente es posible que note cambios en la función sexual —es normal tener una respuesta sexual más lenta.

La mayoría de los órganos vitales gradualmente se vuelven menos eficientes con la edad. Los riñones tienen menos capacidad de retener suficiente agua en el cuerpo. Y el corazón puede comenzar a mostrar señales de desgaste y desgarro. Por lo tanto, a medida que envejece es importante que haga actividad física, que beba abundante agua y que elija alimentos saludables. Hacer estas cosas ayudará a su cuerpo a funcionar bien por un período más prolongado.

¿Qué debe hacer para sentirse mejor que nunca a medida que envejece?

Una de las medidas más importantes que puede tomar por la salud a cualquier edad es hacer actividad física. La actividad física mantiene el cuerpo fuerte y le ayuda con la manera en que se siente. Las personas que permanecen activas tienen menos probabilidades de deprimirse. La actividad física puede ser cualquier actividad, desde caminar hasta trabajar en el jardín o hacer ejercicio en el gimnasio. Lo importante es hacer actividad casi todos los días. Independientemente de su edad o afección, existe un tipo de actividad física adecuada para usted. Pregúntele siempre a su médico si es seguro que empiece un programa de actividad física.

Su salud mental y emocional también es importante. Proteja o mejore su salud emocional manteniendo el contacto con amigos, con familiares y con la comunidad. Las personas que se sienten conectadas con otras tienen más probabilidades de prosperar que aquellas que no lo hacen. Además, intente mantener el menor nivel de estrés posible. Además de hacer actividad física regular, usted puede tomar el control de cómo le afecta el estrés tomándose 20 minutos al día sólo para relajarse.

Para proteger o mejorar su memoria y su agudeza mental, mantenga su cerebro activo y desafiado. Aprenda o haga algo nuevo y diferente. Por ejemplo, atienda un taller educacional o aprenda un juego de cartas nuevo. La depresión puede ser un problema grave para los adultos mayores. Si cree que podría estar deprimido, busque ayuda —los medicamentos antidepresivos y la asesoría psicológica pueden ayudar a tratar la depresión.

Otros hábitos saludables pueden ayudarle a mantenerse de la mejor manera posible:
Siga una dieta saludable y balanceada. Evite los alimentos salados y las comidas que tienen mucha grasa, como las comidas fritas.
Recuerde que las infecciones de transmisión sexual pueden afectar a cualquier persona a cualquier edad; por lo tanto, es primordial tener relaciones sexuales seguras.
Si fuma, trate de dejar de hacerlo.
Siempre use el cinturón de seguridad en el automóvil.
No abuse del alcohol.

La apnea del sueño estaría vinculada con la pérdida de memoria

45 por ciento de las mujeres que tenían síntomas de apnea del sueño en las primeras pruebas habían desarrollado un trastorno cognitivo leve o demencia cinco años después.

NUEVA YORK (Reuters) - Las mujeres mayores que padecen esta enfermedad -apnea del sueño- serían más propensas a desarrollar problemas de memoria y demencia, según un estudio realizado en Estados Unidos.

No está claro si tratar la apnea del sueño, que es especialmente común entre los ancianos con sobrepeso, ayudaría a prevenir el deterioro de la memoria, en parte porque no se cuenta con respuestas claras que vinculen el problema del sueño con el de memoria.

Sin embargo, el nuevo estudio, en el que participaron 300 mujeres, halló que un poco más del 45 por ciento de las mujeres que tenían síntomas de apnea del sueño en las primeras pruebas habían desarrollado un trastorno cognitivo leve o demencia cinco años después.

En cambio, sólo el 31 por ciento de las mujeres que no tenían problemas de sueño desarrolló problemas cognitivos y de memoria, señaló la investigación, dirigida por Kristine Yaffe, de la University of California en San Francisco.

"Entre las mujeres de más edad, quienes tenían una respiración alterada por un problema del sueño corrían un riesgo mayor de desarrollar un trastorno cognitivo", escribieron Yaffe y sus colegas en Journal of the American Medical Association.

Yaffe y su equipo hicieron una prueba de apnea durante la noche a 298 mujeres sin demencia que tenían en promedio 82 años. El análisis mostró cambios en la respiración y el flujo de oxígeno durante la noche, además de interrupciones frecuentes y cortas del sueño, lo que es una señal de apnea.

Algo más de un tercio de las mujeres tenía este trastorno.

Hace aproximadamente cinco años, esas mismas mujeres participaron en una serie de pruebas de memoria y razonamiento y los médicos evaluaron a todas las que dieron muestras de un deterioro de memoria.

"Parece que tiene sentido que un buen descanso protege al cerebro", dijo Robert Thomas, que estudia el sueño en la Escuela Médica de Harvard en Boston y no participó en el estudio.

"Simplemente no tenemos datos para responder a muchas de las cuestiones sencillas que las personas pueden tener en la historia clínica", dijo a Reuters Health.

La apnea del sueño ha estado relacionada con otros problemas, como la presión alta y el colesterol. Los investigadores apuntaron al menor flujo de sangre al cerebro durante el sueño como posible causa de los problemas cognitivos.

De hecho, cuando los autores estudiaron a los factores específicos que entraban en el diagnóstico de la apnea del sueño, hallaron que la falta de oxígeno constante durante la noche estaba relacionada con problemas de memoria y pensamiento, y no tanto con la cantidad total de sueño de las mujeres estudiadas ni con el número de veces que se despertaban durante la noche.

Thomas dijo que no todo el mundo con apnea del sueño presenta síntomas, entre los que se encuentran el cansancio y los ronquidos, y que la gente con sobrepeso o con enfermedades cardiovasculares o de presión arterial deberían también considerar la posibilidad de someterse a la prueba.

Sin embargo, los investigadores aún no saben en qué medida el tratamiento, que consiste en una mascarilla que suministra aire para facilitar la respiración durante la noche, puede prevenir las complicaciones de la apnea del sueño, incluido el deterioro cognitivo.

"El mayor agujero en la (investigación) de la apnea del sueño: ¿Cuáles son los resultados del tratamiento?", dijo Thomas. Yaffe coincidió: "Ese es obviamente el próximo paso y una pregunta importante".

Caídas, test visuales permitirían detectar temprano el Alzheimer

Un grupo de investigadores informó que quienes corren riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer son dos veces más propensos a caerse que las personas saludables y otro equipo de expertos descubrió que la enfermedad podría detectarse mediante controles visuales.

Los estudios, presentados en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer en París, son parte de una gran búsqueda de formas de detectar la enfermedad antes de que comiencen los problemas de memoria, momento en que los fármacos y tratamientos tienen mejores posibilidades de éxito.

"No creo que podamos esperar que las personas desarrollen la enfermedad de Alzheimer o Alzheimer leve. Creo que necesitamos actuar antes de eso", dijo durante la conferencia el doctor William Klunk, del Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer, del Centro Médico de la University of Pittsburgh.

Actualmente los investigadores suelen usar controles cerebrales y pruebas del líquido espinal para detectar cambios relacionados con el Alzheimer, pero son costosos e impracticables en términos expandidos, además de que ninguno de ellos ha sido aprobado para su uso rutinario.

Por ello, los expertos están buscando otros cambios tempranos que ofrezcan evidencia de que la enfermedad está en desarrollo antes de que aparezcan los síntomas.

Susan Stark, de la Washington University en St. Louis, observó si las caídas frecuentes podrían ser una señal de advertencia temprana de la enfermedad de Alzheimer. Su equipo estudió a 125 personas que se sometieron a controles cerebrales y brindaron muestras de su líquido espinal.

Cada participante del estudio confeccionó un diario sobre cuántas veces se caía durante un período de ocho meses.

Los investigadores hallaron que las personas cuyos controles cerebrales detectaban enfermedad de Alzheimer presintomática eran dos veces más proclives a caerse que aquellas con pesquisas normales.

"Este es realmente el primer estudio que evalúa las caídas en fases preclínicas de la enfermedad de Alzheimer", dijo Stark. "Sugiere que mayores tasas de caídas podrían aparecer en los inicios del proceso de la enfermedad", añadió.



PRUEBA OCULAR PARA EL ALZHEIMER

En otro estudio, Shaun Frost, investigador de la Organización Científica e Industrial de la Commonwealth, agencia científica nacional de Australia, analizó si los cambios en la retina del ojo -relacionada con el cerebro- podrían usarse para detectar precozmente el Alzheimer.

"Es mucho más fácil para nosotros obtener una imagen de la retina que hacer un control cerebral", dijo Frost en la conferencia.

El equipo de Frost reveló que el ancho de ciertos vasos sanguíneos era significativamente diferente en las personas con signos tempranos de enfermedad de Alzheimer, comparado con personas saludables.

Los participantes del pequeño estudio que presentaban vasos sanguíneos anormales en sus ojos también tenían depósitos de una proteína relacionada con la enfermedad de Alzheimer, conocida como beta amiloide, según tomografías por emisión de positrones (TEP).

"Estos resultados indican una relación entre los cambios en la retina y la carga de placa acumulada en el cerebro", dijo Frost.

El autor señaló que el estudio sugiere que sería posible usar las pruebas de retina junto con otras pruebas de biomarcadores para detectar el Alzheimer de manera precoz. La investigación debe ser confirmada por estudios más amplios.

Aunque no hay tratamientos que puedan detener o demorar la enfermedad, los científicos creen que saber cómo diagnosticar el Alzheimer antes de que surjan los síntomas será importante cuando estén disponibles nuevos fármacos.
Julie Steenhuysen

Cómo solucionan sus conflictos los animales: somos primates



Un chimpancé hace una demostración de fuerza, típica de los primates, en la que trata de disuadir de un enfrentamiento directo. Obsérvese que tiene el pelo erizado, lo que le hace parecer mas grande de lo que realmente es. (Imagen: usuario de Flickr).

Una actitud frecuente es considerar que la agresión animal prueba que la violencia y la guerra juegan un papel fundamental en la evolución humana. En un experimento clásico sobre los efectos de la sobrepoblación en ratas, se obligó a convivir a un alto número de estos roedores en un espacio reducido. Los resultados mostraron un aumento de la violencia hasta niveles que asustaron a los investigadores. Desafortunadamente, los resultados con esta especie se generalizaron al resto y este estudio es muy nombrado aún hoy en día como prueba de la agresividad de la naturaleza humana.

Años después, el mismo experimento se repitió con primates y los resultados fueron esperanzadores en la mayor parte de los casos. Los primates reaccionaban ante la alta densidad de población con estrategias que iban desde dedicar más tiempo al acicalamiento mutuo hasta reprimir los impulsos violentos. Aumentaron en general todas las conductas prosociales por día y hora, como ocurre hoy en día en algunas sociedades asiáticas.

La investigación con primates no-humanos está obligando a modificar a marchas forzadas esta y otras nociones de lo que hasta ahora pensábamos sobre la naturaleza de las relaciones sociales. Es cierto que los chimpancés pueden llegar a ser muy agresivos pero también poseen habilidades excepcionales para la evitación y la resolución de los conflictos. Para los animales sociales, devolver la estabilidad al colectivo es una necesidad de primer orden. No es de extrañar pues, que una de las causas de destitución de un líder entre chimpancés, sean la coaliciones entre hembras en su contra, cuando éste no contribuye a la estabilidad del grupo. Además, entre especies cooperativas como la nuestra, los “ganadores” también deben preocuparse de restablecer las relaciones sociales, pues nunca saben cuando necesitarán de su oponente.

Allá donde hay grupos de personas, animales, o naciones con un objetivo, hay una necesidad de superar la competición y dejar de lado las diferencias. Para poder mantener los beneficios, los individuos necesitan reducir sus costes, reducir los niveles de competición y desarrollar estrategias para reparar las relaciones.

Entre primates, las reconciliaciones tienen unas pautas propias que son diferentes en cada especie. Los macacos emiten unos sonidos que indican el fin de las hostilidades, los babuinos realizan una monta simbólica e inspeccionan los genitales, los bonobos mantienen relaciones sexuales y los chimpancés se abrazan y besan, siendo éste último el gesto reconciliador por excelencia de la especie (las distintas hipótesis sobre los orígenes del beso parecen situarlo en un comportamiento de transferencia de comida con la boca).

La agresividad tratada de una manera aislada, separada de otras categorías del comportamiento social es un error. Puede que varias de sus manifestaciones sean indeseadas e incluso inaceptables, pero eso no las separa radicalmente de la categoría de lo social. No hay que olvidar que en las redes sociales de los mamíferos, hay fuertes factores que contienen la violencia. En la mayor parte de las ocasiones, muchas de las conductas que identificamos como agresivas tienen un carácter preventivo y están dirigidas a evitar la confrontación directa, como por ejemplo las típicas demostraciones de fuerza de los gorilas en las que se golpean el pecho y rompen ramas. Éstas, rara vez terminan en una pelea abierta. Las estrategias disuasorias también son frecuentes entre los homínidos. Por ejemplo, gran parte de los enfrentamientos entre adolescentes, el origen de los desfiles militares o la danza maorí del equipo de rugby neozelandés, cumplen esta misma función.



El “haka” es el canto de guerra de los All Blacks, el equipo de rugby de Nueva Zelanda.

El problema de la armonización de objetivos y reducción de la competición por el bien de objetivos más ambiciosos es común a varias culturas y especies. Al ser fenómenos naturales, existen similitudes universales en su expresión. Por ejemplo, algunos peces cíclidos, tienen un comportamiento muy similar a los miembros de la tribu Mbuti (República del Congo) para resolver sus disputas. La estrategia consiste en pegarse por turnos en una batalla simbólica de la que ninguno sale herido.

También, en una especie de mirlos, los machos poseen unas plumas rojas que atraen a las hembras. Cuando dos de ellos se encuentran en un mismo territorio y uno no quiere enfrentarse, tapa estas plumas con otras de color negro para evitar el conflicto y pasar desapercibido. Pero aún más sofisticada es la estrategia de los jóvenes macho gorilas. Los harenes de esta especie, por norma general, no admiten más de un macho adulto por grupo. Cuando un joven quiere prolongar su estancia, inhibe el desarrollo de características físicas que indican que ya no lo es. Esto le permite no llamar la atención del macho dominante durante un tiempo adicional.



Un gorila intimida a un hombre.

Otra creencia popular que ha sido refutada por las investigaciones, es aquella que cree en que las partes de un conflicto son independientes y autónomas. Las observaciones prueban que los rivales se mantienen cerca el uno del otro justo después de un enfrentamiento, como buscando una oportunidad para la reconciliación. Además suelen cooperar más y ser más tolerantes entre ellos ante un recurso tras este tipo de episodios, lo que sugiere que la relación sale fortalecida de este proceso. Por esta y otras razones, considerar la conflictividad como una conducta anti-social es un enfoque que nos cierra las puertas a una comprensión más amplia del fenómeno.

En la Conferencia General de la Violencia, celebrada en Sevilla el año 1989, uno de los acuerdos que se alcanzó fue el siguiente: “es científicamente incorrecto decir, que en el curso de la evolución humana ha habido una selección del comportamiento agresivo en detrimento de otros tipos de comportamiento”. Las implicaciones de este nuevo modelo del conflicto social aún se discuten en la actualidad, como por ejemplo, que el perdón no es una idea cultural o juedocristiana, sino que a nivel básico posee un componente biológico. Sea cual sea el resultado, lo cierto es que cuando observamos la naturaleza, los conflictos están tan bien integrados en otras conductas sociales, que lejos de separar, parece que contribuyan a su fortaleza.

Resolución de conflictos en primates.

Resolución de conflictos en primates from Pablo Herreros Ubalde on Vimeo.



Pablo Herreros - Marzo 2010

El viaje al poder del cerebro

La revista XLSemanal dedica esta semana 10 páginas, portada incluida, a Eduard Punset con motivo del próximo lanzamiento de su libro "El viaje al poder del cerebro".

Ante el riesgo.. ¿razón o intuición?: Aprender a tomar decisiones

Frente a una situación desconocida o cargada de emoción, la mayoría de las personas dejan de razonar y tienen reacciones instintivas que no son beneficiosas.

Un grupo de niños de 8 años juega en el aula con cubos de colores que se ajustan entre sí. Ésta podría ser una escena de juego en casi cualquier escuela del mundo. Pero en ésta, en Stuttgart, Alemania, en realidad los alumnos están recibiendo su primera lección sobre razonamiento probabilístico. Los cubos representan los atributos de los niños – cubos rojos para las niñas y azules para los varones; un cubo amarillo adosado a uno rojo para las niñas que usan anteojos, un cubo verde unido a uno azul para los varones que no usan anteojos. Los alumnos tienen así una representación simbólica de sus compañeros como grupo. Al juntar los cubos en diversos recipientes- el de las niñas y el de los varones, el de los que usan anteojos y el de los que no los usan- se comienzan a dar cuenta de las probabilidades, en este caso de que un niño use o no anteojos. Es un juego que no es del todo juego -sin embargo los niños están interesados.
Se trata de un experimento diseñado en 2005 por Elke Kurz-Milcke del Institute of Mathematics and Computing en Ludwigsburg, Alemania, con la idea de que lo mejor es aprender lo más temprano posible. Enseñar a niños a ocuparse de frecuencias y probabilidades los ayuda a prepararse para las complejidades e incertidumbres del mundo actual y puede contribuir a que tomen decisiones acertadas durante el resto de sus vidas.
Gerd Gigerenzer, psicólogo del Max Planck Institute for Human Development en Berlín acuerda con esto “A comienzos del siglo XXI, casi todos los que viven en una sociedad industrial saben leer y escribir, pero no saben cómo comprender la información sobre los riesgos e incertidumbres en nuestro mundo tecnológico” señala. A principios de 2009, Gigerenzer inauguró el Harding Center for Risk Literacy en el Max Planck Institute para tratar de corregir esta situación. Gigerenzer y su equipo de cinco científicos tienen un doble objetivo. El primero es investigar cómo las personas perciben el riesgo y el segundo es mejorar las aptitudes estadísticas y de toma de decisiones a través de programas educativos. Gigerenzer está convencido de que se puede enseñar a las personas a mejorar sus aptitudes para la toma de decisiones.
Sin embargo, estas ideas son polémicas. “Hay una gran división entre los investigadores,” manifiesta Dan Kahan, quien estudia la percepción del riesgo en la Yale Law School en New Haven, Connecticut. Señala que muchos especialistas, sobre la base de las investigaciones existentes, creen que la población nunca será capaz de tomar la mejor decisión basada sobre la información científica disponible.Por lo tanto, opina, “la toma de decisiones de riesgo se debe concentrar más en instituciones alejadas de la política” que deben orientar a la población al presentar la información de manera más adecuada.
Ambas partes, sin embargo, acuerdan en que la toma de decisiones incorrecta es generalizada y afecta el bienestar general. Frente a una situación desconocida o cargada de emoción, la mayoría de las personas dejan de razonar y tienen reacciones instintivas que no son beneficiosas. Recordemos los temores tan difundidos en los últimos 10 años en Gran Bretaña y los Estados Unidos sobre el posible vínculo entre el autismo y la vacuna triple viral. A pesar de la falta de datos sólidos sobre esa asociación, muchos padres prefirieron no vacunar a sus hijos, lo que llevó al aumento de los casos de sarampión que podría ser mortal. También en las cuestiones ambientales hay opiniones exageradas sobre ciertos riesgos. Por ejemplo, los temores persistentes sobre los peligros de las cosechas modificadas genéticamente en Europa, a pesar de estudios que muestran que los riesgos son considerablemente menores de lo que se cree.
Aún aquellos de los que cabría esperar mayores conocimientos, como los médicos, los periodistas médicos o los financistas, con frecuencia caen en las mismas trampas que los demás. En un experimento, Gigerenzer pidió a 160 ginecólogos que interpretaran estadísticas básicas sobre las probabilidades de que una mujer padeciera cáncer de mama cuando su mamografía era patológica. Sólo el 21% respondió correctamente.
El problema, según muchos investigadores en neurociencia cognitiva y psicología, es que se emplean dos sistemas cerebrales para tomar decisiones. Uno es instintivo - opera desde el inconsciente y a menudo es manejado por las emociones. El otro es conciente y racional. El primer sistema es automático, rápido y muy eficaz en situaciones tales como caminar en una calle con mucha gente, lo que exige integrar información compleja de manera casi instantánea y ejecutar acciones muy practicadas. El segundo sistema es más útil en situaciones novedosas, tales como decidir sobre un plan de ahorro, lo que exige un análisis deliberativo.
Desafortunadamente, el primer sistema se suele imponer, aún cuando la deliberación podría haber sido más útil.
Es por ello que muchos investigadores piensan que es muy difícil intentar mejorar la toma de decisiones a través de la educación, donde predomina el sistema racional.
Dos de los escépticos más sobresalientes son Richard Thaler y Cass Sunstein, conocido economista el primero y profesor de Harvard y director de la Oficina de Información y Asuntos Normativos de la Casa Blanca el segundo. El libro de Thaler y Sunstein “Un pequeño empujón” (Nudge, 2008) insta a los gobiernos y las instituciones a dirigir las opciones de las personas de manera que mejoren sus vidas – enfoque al que ellos llaman “paternalismo libertario”.
Algunos ejemplos son incorporar automáticamente a las personas a los programas de donación de órganos a menos que opten específicamente por negarse; programas para disminuir el embarazo adolescente en los que las niñas reciben un dólar por cada día en que no se embarazan. En general, la idea de este enfoque es brindar incentivos y presentar la información de manera que aumente las probabilidades de que las personas tomen decisiones con buen criterio.
Gigerenzer está de acuerdo en mejorar la forma de presentar la información, por ejemplo mostrar las estadísticas de salud de manera más clara para el médico y para el paciente. Pero no acuerda con los que emplean exclusivamente el enfoque de Thaler y Sunstein, que no confía en la capacidad de las personas para aprender y razonar por sí mismas. Algunos, señala, atribuyen todas las decisiones incorrectas a procesos mentales que las personas no pueden controlar. Sostiene que numerosos indicios indican que se puede aprender a rediseñar la mente- o al menos aprender ardides cognitivos que contribuyan a que se puedan reconocer y compensar sus tendencias.
En la década de 1980, por ejemplo, Richard Nisbett y colegas, de la Universidad de Michigan en Ann Arbor, descubrieron que media hora de entrenamiento en razonamiento estadístico mejoraba significativamente la capacidad de racionalizar los problemas cotidianos.
Daniel Kahneman de la universidad de Princeton y ganador del premio Nobel en economía por su trabajo de vanguardia sobre la psicología de la toma de decisiones, apoya de manera cautelosa el optimismo de Gigerenzer sobre la educación. “La intuición rige la toma de decisiones,” indica Kahneman.Sin embargo, señala que es posible mejorar el pensamiento crítico a fin de poder detectar mejor cuándo se podría cometer un error, para prevenirlo o corregirlo.
Investigadores hallaron que uno de los ardides cognitivos más eficaces es estudiar el problema desde la perspectiva de un extraño; considerar lo contrario de cualquier decisión que se esté por tomar y sopesar múltiples opciones simultáneamente en lugar de aceptar o rechazar una a la vez .Jonathan Baron, de la Universidad de Pennsylvania, y otros investigadores hallaron que algunas personas logran esto mucho mejor que otras. Una clave sobre el origen de las diferencias surge de las matemáticas. Las personas con aptitudes de razonamiento numérico pueden interpretar mejor los datos sobre situaciones de la vida real, como el funcionamiento y la calidad de los hospitales y los seguros de salud.
Ellen Peters, de Decision Research en Oregon, señala que aquéllos que emplean los números más eficazmente para la toma de decisiones lo hacen porque otorgan importancia emocional a los números y consideran que de alguna manera representan la realidad –lo que se conoce como “significado afectivo”.
Esto es lo que su colega Paul Slovic denomina “aprender a sentir los números”. Es partidario de enseñar a los niños a manejar los números dentro de un contexto, desde que aprenden a contar. Por ejemplo, los docentes deberían describir el número 10 como algo tangible –como ser 10 cucuruchos de helado – de modo que los niños puedan recordar el número en relación con el mundo real.
La meta de Gigerenzer es que estas ideas formen parte de la educación integral. Gran parte de su trabajo educativo está dirigido a los adultos que afrontan el riesgo en sus vidas profesionales. (médicos, periodistas y otros grupos de especialistas). “Tenemos toda una sociedad, incluidos los jueces y los médicos, que no está recibiendo preparación para el mundo tecnológico moderno que abarca muchas clases de riesgos,” manifiesta.
La clave, dice, es que las escuelas enseñen problemas estadísticos del mundo real - por ejemplo, calcular las probabilidades de que alguien con prueba de VIH positiva tenga realmente el virus o comparar los peligros de ir en moto en diferentes países. “Nuestro objetivo es que la estadística no se enseñe como una disciplina matemática, sino como una disciplina de resolución de problemas,” dice Gigerenzer.
Gigerenzer ha tenido cierto éxito: en muchos estados alemanes actualmente es obligatorio comenzar a enseñar análisis de datos y probabilidades desde el primer año y la idea también se está instalando en los Estados Unidos. “Sin embargo”-señala Gigerenzer, en casi todo el mundo se enseñan las matemáticas de la certeza, no de la incertidumbre.
Al final, es probable que tanto el enfoque educativo como el “pequeño empujoncito” sean importantes, ya que cuando se trata de tener mejores criterios, la gente- y las sociedades - necesitan toda la ayuda posible.
“Socialmente, puede ser más útil el “empujoncito”, pero las personas y las instituciones también quieren pensar con más claridad,” opina Max Bazerman, de Harvard.
Sunstein actualmente es asesor del presidente de los EE. UU. Barack Obama, con lo que su enfoque parece estar ganando capital político. La reforma del sistema educativo será más difícil.
Sin embargo, los niños de ocho años de la clase de Stuttgart que mencionamos, al finalizar la escuela estarán bien preparados para afrontar las incertidumbres del mundo moderno.
Comentario y resumen objetivo: Dr. Ricardo Ferreira

Hacer todo lo mejor que se puede, te brinda felicidad.

Era una mañana agitada, eran las 8:30, cuando un señor mayor, de unos 80 años, llegó al hospital para que le sacaran los puntos de un pulgar. El señor dijo que estaba apurado y que tenía una cita a las 9:00 AM.

Comprobé sus señales vitales y le pedí que tomara asiento, sabiendo que quizás pasaría más de una hora antes de que alguien pudiera atenderlo. Lo vi mirando su reloj y decidí, que ya que no estaba ocupado con otro paciente, podría examinar su herida. Durante el examen, comprobé que estaba curado, entonces le pedí a uno de los doctores, algunos elementos para quitarle las suturas y curar su herida.

Mientras le realizaba las curas, le pregunté si tenía una cita con otro médico esa mañana, ya que lo veía tan apurado.

El señor me dijo que no, que necesitaba ir al geriátrico para desayunar con su esposa. Le pregunté sobre la salud de ella.

Él me respondió que ella hacía tiempo que estaba allí ya que padecía de Alzheimer.

Le pregunté si ella se enfadaría si llegaba un poco tarde.

Me respondió que hacia tiempo que ella no sabía quien era él, que hacía cinco años que ella no podía ya reconocerlo.

Me sorprendió, y entonces le pregunté, '¿Y usted sigue yendo cada mañana, aun cuando ella no sabe quién es usted?'

Él sonrió y apoyando su índice en el dorso de mi mano, me contestó;

'Ella no sabe quien soy, pero yo aún sé quién es ella.'

Se me erizó la piel, y sentí ese vacío fuerte que se crea ante una intensa situación emocional mientras él se iba, y pensé,

'Ese es el tipo de Amor que quiero en mi Vida.'

El Amor Verdadero no es físico.

El Amor Verdadero es la aceptación de todo lo que es, ha sido, será y no será.

La gente más feliz no necesariamente tiene lo mejor de todo; ellos sólo hacen todo lo mejor que pueden.-

Ni retirarse ni vivir sin sentido

Investigaciones recientes muestran hasta qué punto tener un fuerte propósito de vida y el sentirse útil para sí y los demás generan mayor autoestima y mejor salud en la vejez. Sentirse incluidos es también reaseguro contra las discapacidades.

por Ricardo Iacub
Psicólogo, Profesor Tercera Edad y Vejez, UBA

En diversos momentos, y ante muy diversas circunstancias, el hombre se enfrenta con la creciente incertidumbre acerca del sentido de la vida, debiendo reflexionar no solo quién es sino hacia dónde va, revisando con ello su propia identidad.

El sentido de la vida fue, y seguramente será, una pregunta latente en el ser humano, ya que éste carece de una identidad única e inamovible, y esto lo lleva a errar tratando de hallar rumbos y significados acerca de sí. Estos significados, que muchas veces provienen, más que de una elección, de una expectativa de un rol sugerido socialmente, pueden ponerse en cuestión ante hechos que quiebren los cursos esperables de una vida, o ante momentos vitales como el envejecimiento, donde tanto los roles como ciertas representaciones personales suelen verse modificados.

De hecho, los adultos mayores tienen un sentido de desarrollo personal y propósito vital menor que los de otras edades (Ryff & Singer, 2002) así como sienten que pueden ser menos útiles a los otros (Rossi, 2004). Es allí donde la persona debe dar cuenta de los cambios al tiempo que reconstruir un nuevo sentido de vida. Una de las definiciones de sentido es el conocimiento de un orden que otorga coherencia y propósito a la propia existencia, persiguiendo objetivos y metas, que brinden una sensación de valor o utilidad personal y promuevan una mayor satisfacción vital y autoestima.

Es en este punto donde resulta importante reconocer la verdadera dimensión de la temática a partir de investigaciones recientes realizadas con adultos mayores. En diversos países como Francia, Japón y Estados Unidos se demostró que las personas que no se sentían útiles tenían mayores probabilidades de quedar discapacitadas; que quienes realizaban tareas de voluntariado social tenías dos veces menos posibilidades de morir en los siguientes 6 años; y que las personas que no se sentían útiles fueron quienes más experimentaron un incremento en los niveles de discapacidad y de mortalidad a lo largo del tiempo, a diferencia de los que nunca o raramente se sentían inútiles o improductivos.

El dato más concluyente es que aquellas personas mayores que no se sienten útiles tienen cuatro veces más posibilidades de discapacitarse o fallecer próximamente, que los que raramente lo sienten.

El sentirse útil aparece relacionado con lo que Krause (2009) sintetiza, desde un criterio más abarcativo, como el "fuerte sentido de un propósito en la vida", volviendo a encontrar que aquellos que lo poseen tienen menos riesgo de muerte próxima que los que no lo tienen. Este propósito genera en los adultos mayores una mejor percepción de su salud, una menor sensación de límites o declives en la funcionalidad y un estado de ánimo más positivo.

Asimismo, otro estudio (Greenfield, 2009) nos indica que se origina una sensación de crecimiento y desarrollo permanente y una mayor aceptación personal. La investigación agrega que el sentido vital se asocia con una percepción positiva del propio envejecimiento y con redes sociales fuertes y significativas.

Aun cuando no existe un motivo claro por el que se genere este correlato entre el sentido vital y un mejor estado de salud, diversas hipótesis recaen en que se produce una mejora del funcionamiento inmune.

Esta riquísima evidencia científica no puede dejar de convocarnos a pensar la vida como un desafío que nos lleva a sentirnos incluidos hasta el último momento sin que resulten admisibles, o al menos ya sabemos de sus efectos, las retiradas anticipadas o las vidas sin sentido.-

Prevenir el deterioro cognitivo: cuidar la mente

Demasiadas veces se relaciona la madurez con la pérdida de facultades mentales. Pero especialistas en el funcionamiento del cerebro como Tony Buzan aseguran que no tiene por qué ser así.

Las pruebas de coeficiente intelectual que comparan el rendimiento de mayores y jóvenes suelen dar una puntuación más alta a estos últimos por una simple cuestión de entrenamiento: los estudiantes están más habituados a resolver pruebas de este tipo que los que dejaron la escuela o la universidad hace varias décadas.

Sí es cierto que un cerebro joven tiende a resolver los ejercicios con más rapidez que uno adulto. Pero eso no es necesariamente negativo, ya que la lentitud está motivada por una experiencia que ha enseñado a la persona a filtrar más posibilidades antes de llegar a una respuesta.

A partir de cierta edad, sin embargo, un cerebro apelmazado por una actividad sedentaria, con muchas horas frente al televisor, empieza a ralentizarse y a tener problemas de memoria. Así como a los pacientes con una larga hospitalización les cuesta volver a caminar, porque han perdido tono muscular, también las facultades intelectuales requieren un entrenamiento diario. Para lograrlo, vamos a cuidar de nuestro centro de operaciones con un plan de antiaging.

Las monjas de Mankato

“Una mente perezosa es el taller del diablo” (Proverbios)

En su manual Tu cerebro más joven, Tony Buzan pone como ejemplo de longevidad intelectual una comunidad de monjas de un recóndito lugar de Minnesota (EE UU) llamado Mankato. Desde hace tiempo interesa a los investigadores del envejecimiento cerebral, ya que muchas de estas mujeres superan los 90 años y hay una cuantas centenarias, la mayor parte de ellas con una asombrosa agilidad mental.

Una monja de esta comunidad, Marcella Zachman, fue portada de la revista Life porque impartió clases hasta los 97 años. Otra hermana, Mary Esther Boor, no se jubiló de su trabajo hasta los 99 años.

El profesor David Snowdon, de la Universidad de Kentucky, investigó por qué entre estas mujeres hay un índice de demencia senil y otras enfermedades mentales muy inferior a la media. La respuesta es que las monjas de Mankato hacen todo lo posible para mantener la mente ocupada en su vida cotidiana. Compiten en concursos, resuelven pasatiempos y mantienen debates, además de escribir en sus publicaciones, dirigir seminarios y dar clases. Según Snowdon, el estímulo diario revitaliza los conectores del cerebro, que tienden a atrofiarse con la edad, haciendo que se ramifiquen y creen nuevos vínculos.

Estudiosos del cerebro humano han demostrado que la red neuronal del cerebro nunca es la misma, ya que, dependiendo de nuestra actividad, fortalecemos unas conexiones a la vez que debilitamos otras. Cada experiencia enciende su propio patrón de neuronas, por lo que el mapa cerebral cambia sin cesar.

Ésa es la buena noticia: puesto que el buen estado de los circuitos del cerebro depende de lo que hacemos con él, podemos evitar la pérdida de facultades mentales tonificando nuestra materia gris con retos y estímulos de calidad.

La regla de las 10.000 horas

“Lleva mucho tiempo llegar a ser joven” (Pablo Picasso)

En un libro del que se ha hablado mucho recientemente, Fueras de serie, Malcolm Gladwell postula la regla de las 10.000 horas. Según las estadísticas recogidas por el autor, es el tiempo que necesita aplicarse a una misma actividad cualquier persona para alcanzar la maestría.

Contrariamente a lo que se cree, el cerebro de un genio no es diferente del de alguien común y corriente, tal como se comprobó en la disección del de Einstein. Todos tenemos más talento para unas disciplinas que para otras, pero lo que distingue a la persona brillante del resto son esas 10.000 horas que ha dedicado a una misma cosa, sea el violín, la informática o la gestión de un negocio.

Esta regla también se aplica al rendimiento del cerebro. Según los neurólogos, cuando lo mantenemos ocupado a través de la lectura, la creación artística o el juego, aumenta la llamada memoria automática, que es la que nos permite hacer cosas sin pensar en ellas.

Es el caso del ajedrecista que, en los primeros compases de la partida, mueve sus piezas sin tener que cavilar. O el de un pianista de nivel que interpreta una compleja partitura mientras habla con alguien. Su esfuerzo y constancia les han procurado un seguro de vida para sus facultades intelectuales, que operan incluso sin que intervenga la conciencia.

Algunos ejemplos de que la agilidad mental no está reñida con la edad fueron Miguel Ángel, que dio luz a sus mejores obras de los 60 a los 89 años, hasta su último día de vida. Goethe terminó su obra maestra Fausto a los 82 años. Y un escritor más cercano a nosotros, José Saramago, sigue manteniendo a los 87 años una más que envidiable actividad literaria.

Su secreto tiene dos ingredientes básicos: trabajo e ilusión.

Las 7 claves de un cerebro joven

“Envejecer es un mal vicio que no se pueden permitir los que andan muy ocupados” (André Maurois)

Como no todo el mundo tiene tiempo o ganas de escribir novelas o de tocar el violín, vamos a ver las claves para mantener el cerebro joven a cualquier edad. Según el divulgador William Speed, hay siete cosas que todo el mundo debería hacer para que su centro de operaciones no vea menguado su rendimiento:

1. Ejercicio. Según los especialistas en terapias antiaging, el mejor tonificador del cerebro son las zapatillas de deporte, ya que mejora el ritmo cardiaco y, por tanto, la circulación de la sangre. Un cerebro bien irrigado mantiene en buen estado las conexiones entre las neuronas, que son esenciales para el pensamiento. Por tanto, el ejercicio suave suministra más sangre y oxígeno a nuestro tejido cerebral, evitando que se deteriore.

2. Buena alimentación. El consumo de alimentos ricos en antioxidantes –frutas y verduras, legumbres, frutos secos, té verde– no sólo ayuda a prevenir el cáncer, sino que neutraliza los temidos radicales libres que envejecen el cerebro. Una dieta demasiado grasa, además, puede derivar en presión arterial alta, diabetes, obesidad o colesterol, los cuales dificultan el riego sanguíneo también en el cerebro.

3. Aprender siempre. Aunque nuestra materia gris empieza a envejecer a los 30 años, un aprendizaje constante permite mantener la agilidad. Para ello debemos procurar a la mente ejercicios y nuevos desafíos.

4. Mantener la calma. Jeansok Kim, un investigador de la Universidad de Washington, asegura que el estrés puede dañar los procesos cognitivos como el aprendizaje y la memoria. En especial, el estrés crónico debilita la región del cerebro denominada hipocampo, donde se forma y consolida la memoria.

5. Dormir suficiente. Un estudio llevado a cabo en Harvard con estudiantes de matemáticas demostró que un buen descanso nocturno duplicaba la capacidad de los participantes para resolver problemas planteados el día antes. Esto se debe a que, mientras dormimos, el cerebro se mantiene activo y tiene tiempo de sintetizar lo que ha aprendido con anterioridad. La expresión “voy a consultarlo con la almohada” tiene, por tanto, mucho sentido.

6. Reír. El humor estimula la generación de dopamina, una hormona y neurotransmisor que nos hace “sentir bien”. La risa nos ayuda a relativizar nuestras preocupaciones, con lo que evitamos que nuestra mente se ancle.

7. Aprovechar la experiencia. Lo bueno de hacerse mayor es que atesoramos un archivo con millones de situaciones que nos proporcionan criterio. Esta información podemos aprovecharla para afrontar problemas –nuestros o de otras personas– para los que una persona joven no está preparada.

Juegos para el cerebro

“Los seres humanos no dejan de jugar porque envejecen; envejecen porque dejan de jugar” (Oliver Wendell Holmes).

En las farmacias se venden sofisticados complementos vitamínicos para nutrir nuestro músculo pensante, y las tiendas de productos naturales recomiendan ginseng para la vitalidad y gingko biloba para reforzar la memoria. Sin embargo, la mayoría de especialistas coinciden en que el juego es el protector número uno de las facultades mentales. La terapeuta Amber Hensley aconseja incorporar a nuestra rutina diaria alguna de estas actividades para mantener bien lubricada nuestra red neuronal:

• Juegos de mesa como el ajedrez, las damas, el dominó o las cartas, incluyendo los solitarios.

• Puzzles, mecanos y otros juegos de construcción.

• Crucigramas, sudokus o cualquier pasatiempo.

Para los que se aburren con esta clase de pasatiempos, aprender un idioma es una excelente manera de engrasar todos nuestros circuitos cerebrales, ya que implica ejercitar la memoria, entender nuevas estructuras y sintetizar reglas gramaticales.

Por supuesto, dos actividades como leer y escribir también resultan una gimnasia mental de primer orden, al igual que aprender a tocar algún instrumento musical.

Una actitud optimista será el complemento imprescindible para que nuestro cerebro sea un generador de creatividad en lugar de un pozo de lamentos. Alimentar la curiosidad y celebrar cada día que pasamos en el mundo es todo lo que hace falta para no retirarnos nunca del lado soleado de la vida. Como reza un proverbio irlandés, “nunca lamentes que te estás haciendo viejo, porque a muchos les ha sido negado este privilegio”.

¿Qué ocurre en el cerebro cuando se toma una decisión correcta?

La interacción entre el hipocampo y la corteza prefrontal, clave en este proceso cognitivo.

Elegir entre 'sí' o 'no'. ¿Qué nos impulsa a decidirnos? ¿Cuáles son los mecanismos que el cerebro emplea para ello? Poco se sabe sobre esta cuestión que tanto llama la atención a los investigadores, quienes, con el paso del tiempo, develan cada vez más pistas sobre este complejo proceso selectivo. Ahora, un nuevo estudio, revela que cuando se toman decisiones acertadas incrementa la actividad en el hipocampo.

Hasta el momento, la teoría dice que la corteza prefrontal desempeña un papel importante en la toma de decisiones. "Hace años estudiamos, en colaboración con colegas ingleses y americanos, a pacientes con lesiones frontales y llegamos a la conclusión de que el lóbulo prefrontal (sobre todo el derecho) estaba muy implicado en la correcta toma de decisiones", explica Juan Carlos García-Moncó, presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

Ahora, por primera vez, un grupo de científicos de la Escuela Universitaria de Londres descubre que el hipocampo (una zona del cerebro relacionada con la memoria) y su interacción con el lóbulo prefrontal son claves para aprender a tomar decisiones.

"No es de extrañar que el hipocampo se active en este tipo de procesos cognitivos. Se encarga de archivar la información inmediata y ésta es muy importante a la hora de evaluar una situación (por ejemplo, una jugada de ajedrez) y tomar la siguiente decisión", argumenta José Antonio Portellano Pérez, profesor titular de Psicobiología de la facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid y especialista en neuropsicología.

Hay que tener en cuenta, comenta el experto, que "cuando uno toma una decisión, integra todo lo aprendido en la memoria tanto de largo como de corto plazo, que está repartida por distintas áreas del cerebro. De ahí, la complejidad del proceso".

El principal autor de esta investigación, Dharshan Kumaran, afirma que, "probablemente, el hipocampo se encarga de crear y guardar conceptos básicos que después pasan a la corteza prefrontal, de donde se extraen y se utilizan cuando la ocasión lo requiere. Por ejemplo, en circunstancias en las que elegir una u otra opción puede poner en riesgo nuestro dinero". Además, los circuitos neuronales que envuelven al hipocampo también son responsables del uso de los conceptos básicos adquiridos en situaciones nuevas.

Los expertos llegaron a esta conclusión después de comprobar el funcionamiento cerebral de 27 participantes involucrados en el estudio. La principal prueba a la que se sometieron consistía en predecir, a través de imágenes expuestas en el ordenador, el tiempo atmosférico después de observar el cielo de la noche anterior.

Por un lado, se evaluaba la actividad cerebral a través de una técnica de neuroimagen (tomografía por emisión de positrones o PET), determinando así qué zonas funcionales experimentaban incremento de actividad. Además, se valoró si la estimación atmosférica realizada por los participantes era correcta o no. Finalmente, se concluyó que en las decisiones acertadas, el hipocampo mostraba mayor actividad. La acción de esta parte del cerebro permite tomar decisiones importantes sobre lo que se debe hacer en diferentes circunstancias.

Áreas poco exploradas

Así como se conocen perfectamente los mecanismos del lenguaje, no ocurre lo mismo con este proceso cognitivo. "Intervienen áreas poco exploradas y el nivel de complejidad es tal que no siempre son responsables las mismas zonas", puntualiza García-Moncó, quien añade que son necesarios más estudios que apunten en el mismo sentido para extraer conclusiones definitivas.

Según los expertos, estos hallazgos ayudan a descifrar qué estructuras cerebrales participan en las funciones cognitivas superiores (lenguaje, memoria, razonamiento...), como elegir entre varias opciones. La única implicación clínica que tiene, matiza el presidente del Comité Científico de la SEN, es que, "a nivel de dependencia, estos resultados ayudan a entender que una persona con determinadas lesiones cerebrales puede empezar a tener dificultades en la capacidad de decisión. Ayudan a entender enfermedades como el Alzheimer".- Laura Tardón

¿Cómo y por qué mentimos?

Mentir no es neutro y tiene fatales consecuencias para las relaciones interpersonales. La opinión de los expertos basados en la ciencia y no en creencias sin fundamentos.

Mentir es un acto consciente y deliberado, no un accidente como a menudo el mentiroso nos quiere hacer creer. Hay dos formas básicas de mentir: la primera es ocultar, y consiste en retener cierta información sin decir nada que no sea verdad. La segunda es falsear, y se basa en presentar la información falsa como si fuera cierta. El ocultamiento es pasivo, mientras que el falseamiento es activo. Desde esta perspectiva, la persona que oculta suele sentirse menos culpable que la que falsea, aunque en ambos casos las consecuencias pueden ser igual de perjudiciales para sus víctimas.

Por lo general, la gran mentira se teje con el tiempo. Se empieza con un engaño banal, al que sigue un segundo engaño algo mayor. No pasa nada, y el mentiroso no es detectado. Esto le da alas para cometer un engaño todavía mayor, en un proceso que no conoce límite hasta que comete algún error y es desenmascarado.

El mentiroso habitual se crece hasta que, creyéndose más listo que los demás, relaja el control y baja la guardia, momento en el que comete un desliz y es descubierto. Como afirma el profesor Ekman, “la práctica del engaño, así como el éxito reiterado en instrumentarlo, reducirá siempre el recelo a ser detectado”.

Mentir no es complicado. Lo que es complicado es aguantar una mentira en el tiempo. Alexander Pope decía que el que dice una mentira está obligado a decir veinte más para sostenerla, y Abraham Lincoln declaró en una ocasión que no tenía suficiente memoria como para ser un buen mentiroso. Cuando uno miente, puede tener preparada una buena explicación para quien le interpele, pero va a tener que recordarla porque en el momento menos pensado alguien volverá a preguntar, y si no somos rápidos en la respuesta, quedaremos en evidencia.

Además, en el curso de una mentira solemos improvisar respuestas a preguntas que no habíamos previsto, creando un montón de mentiras adicionales. Se requiere una habilidad prodigiosa para recordarlas a fin de evitar delatarnos.

Así pues, no es fácil que la mentira –especialmente la mentira reiterada– dure siempre. Sófocles afirmaba que “una mentira nunca vive hasta hacerse vieja”, porque el mentiroso no puede controlar ni esconder todas sus conductas. Parece haber también una relación entre el tiempo en que se aguanta una mentira y el número de gente a la que se quiere engañar, ya que a más gente por engañar, más posibilidades hay de cometer un desliz. Como dijo J. F. Kennedy, “se puede engañar a muchos poco tiempo, o a pocos mucho tiempo. Pero no se puede engañar a todos todo el tiempo”.

Desenmascarando la mentira. La mentira se desenmascara por errores que comete el mentiroso. No hay garantía de que los cometa, sobre todo si la mentira se sostiene por un corto periodo de tiempo, con lo que no todas las mentiras necesariamente fallan. Pero lo normal es que lo haga. Aunque hay verdaderos “profesionales de la mentira” que evitan cualquier signo delator, la mayoría de nosotros cometeremos más bien pronto que tarde errores evidentes que desenmascararán nuestro engaño. Y aun en el caso de grandes mentirosos, nadie puede controlar todo lo que ocurre a su alrededor ni evitar que un suceso fortuito le delate.

Hay, según el profesor Ekman, dos indicios fundamentales del engaño: los indicios revelatorios y los indicios de comportamiento mentiroso. En el primer caso se trata de manifestaciones que hacemos sin querer y que ponen de manifiesto la verdad (por ejemplo, mentimos afirmando que estamos reunidos con el jefe, y a los tres días accidentalmente negamos haber hablado con él). En el segundo caso, el mentiroso, sin decir nada que le delate específicamente, se comporta de manera que revela que lo que nos está diciendo no es cierto.

Los indicios revelatorios son más fáciles de controlar que los de comportamiento. Saber lo que uno está diciendo es relativamente fácil, mientras que conocer lo que nuestra expresión verbal o facial revela es complicado. Además, la expresión facial está conectada con zonas del cerebro vinculadas a las emociones, que son de difícil control voluntario.

En la voz y en los gestos encontraremos grandes pistas para detectar la mentira. Dentro de los indicadores de voz, pausas demasiado largas o frecuentes, y vacilaciones al empezar a hablar cuando nos interpelan, nos han de poner en alerta. Y dentro de los gestos, un parpadeo inusualmente rápido o la incapacidad de sostener la mirada serán claramente delatores. El mentiroso puede hacer gestos muy elocuentes que contradigan lo que dice o reducir notablemente la gesticulación, señalando que inventa lo que dice.

Es importante tener en cuenta dos aspectos: el primero, que hay gente entrenada a lo largo de los años para mentir que no caerán en los errores obvios. El segundo, que la valoración de todas las expresiones corporales sólo puede hacerse en comparación con el nivel habitual del sujeto: si uno vacila habitualmente al hablar y no lo sabemos, podemos estar pensando que miente por un comportamiento que es natural en él.

Las pistas que no engañan y escapan del control del mentiroso son las relacionadas con la alteración fisiológica del cuerpo: respiración entrecortada, sudoración, enrojecimiento… pero aun así los mentirosos compulsivos aprenden a no sentir la tensión de estas reacciones.

A veces, sin darse cuenta, el que engaña da muchas más explicaciones de las solicitadas. Y otra técnica consiste en decir la verdad de forma inverosímil para que no se crea (por ejemplo, admito haber pasado la noche fuera no con una, sino con tres mujeres, y describo una gran cantidad de detalles de la fiesta).

CONSECUENCIAS DE LA MENTIRA.
Mentir no es neutro y tiene fatales consecuencias para las relaciones. La confianza se teje poco a poco, y se rompe con una sola mentira. Tras una mentira podemos obtener el perdón, pero seremos objeto de sospecha en adelante. Se necesitarán muchas verdades y mucho tiempo para volver a merecer la confianza de aquel a quien hemos mentido. Como afirmó Nietzsche, “lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que de ahora en adelante ya no podré creer en ti”.

EXPLICACIONES Y COARTADAS
1. un libro.
El psicólogo Paul Ekman (Washington, 1934) ha dedicado una buena parte de su trabajo de investigación a la mentira. En su libro ‘Cómo detectar mentiras’ (Paidós, 2005) nos ofrece una completa guía de cómo desenmascarar a los mentirosos, y en su página ‘web’ (www.paulekman.com) ofrece programas de entrenamiento para detectar las expresiones faciales.
2. una teleserie.
La serie ‘Miénteme’ (Antena 3) ofrece casos de investigación que son resueltos a partir de la capacidad de un grupo de expertos de detectar las mentiras a través de las microexpresiones faciales.
3. una película.
‘La cortina de humo’ es una excelente sátira sobre la mentira y el poder. Tras ser pillado ‘in fraganti’ en un desliz amoroso, el presidente de EE UU inventa una guerra en Albania para distraer a la prensa de su ‘affaire’.



Paul Ekman: Emociones (2)

Contrario a las creencias de algunos antropólogos culturales, como Margaret Mead, Ekman encontró que las expresiones faciales de las emociones no son determinadas culturalmente, sino que son más bien universales y tienen, por consiguiente, un origen biológico, tal como planteaba la hipótesis de Charles Darwin.

La comunidad científica de la actualidad está de acuerdo en que los hallazgos de Ekman son válidos. Entre las expresiones que él clasificó como universales se encuentran aquellas que expresan la ira, la repugnancia, el miedo, la alegría, la tristeza y la sorpresa. En cuanto al desprecio, o desdén, es menos claro, aunque hay evidencia preliminar en el sentido de que esta emoción y su expresión pueden reconocerse universalmente.[3]

Ekman describió "microexpresiones" faciales que, según demostró, pueden utilizarse para detectar las mentiras con cierto grado de confiabilidad, ello como parte del denominado Proyecto Diógenes. También desarrolló el Sistema de Codificación Facial de Acciones(en inglés "Facial Action Coding System" FACS) para clasificar todas las expresiones del rostro humano que sea posible imaginar. Ha publicado investigaciones acerca de una variedad muy amplia de temas dentro del ámbito del comportamiento no verbal. Sus trabajos acerca de la mentira, por ejemplo, no se limitaron a las expresiones del rostro, sino que se basaron en observaciones acerca del cuerpo humano en su totalidad.- Ferrán Ramón Cortés - El País-Madrid