Naturalmente vamos envejeciendo. A partir de los 45 años es
cuando empezamos a darnos cuenta que las cosas se empiezan a complicar ya que
comienzan los cambios progresivos del
envejecimiento. Es así, no hay escapatoria, a todos nos llega, pero
tampoco es para asustarse, esos cambios son paulatinos y no son de un día para
el otro.
En lo referente a nuestra memoria comenzamos a experimentar
pequeños olvidos, aunque posiblemente siempre los tuvimos ahora nos damos más cuenta
que nunca. Nos para alguien en la calle y no reconocemos esa cara que, sin
embargo, reconocemos, pero no encontramos la información en el cerebro y
mientras conversamos con el fulano, intentando que no se dé cuenta, continuamos
hurgando en los cajones de la memoria y el dato no aparece. Nos despedimos y
quizás, varios días después o al instante de la despedida aparece claramente de
dónde conocemos a tal persona. ¡Qué momento!
La creencia general achaca a que esto sucede por falta de
sueño, estrés o cansancio, pero en realidad son los primeros pasos aventurados
en el envejecimiento, su nombre suena peor de lo que es: “deterioro cognitivo”.
Este deterioro cognitivo comienza a manifestarse a partir de
los 45 años. Si creías que era a los 60, lamento tener que informarte que
estudios científicos recientes han bajado la edad en que esto empieza a hacerse
notorio. Va afectando progresivamente la memoria, el razonamiento, la
comprensión.
Ante esta situación, natural por cierto, “es preferible reír
que llorar”, o sea ocuparse más que
preocuparse.
En primer término hay que ocuparse por saber qué y cómo operan
las funciones cognitivas, que son las actividades cerebrales que se realizan en
la vida de relación y adaptación al medio ambiente las cuales nos permiten
planificar el futuro, llevar adelante proyectos y evaluar las consecuencias.
La memoria es el parámetro más confiable de la capacidad
cognitiva. Si empezamos a utilizar con más detenimiento la atención,
mantendremos un buen nivel de capacidad de memoria que alumbrará a intentar superar
ese deterioro cognitivo.
El deterioro cognitivo, no es una enfermedad. La pérdida de
memoria tampoco es una enfermedad y no forma parte del proceso natural de
envejecimiento. La memoria cuanto más se utiliza, estimula y entrena Mejor funciona. No es un problema de
edad.
La ciencia nos dice que existe una capacidad de reserva, la
cual se puede activar mientras envejecemos para compensar o prevenir el
deterioro cognitivo. A edades muy avanzadas los ancianos de culturas primitivas
eran los consejeros de sus pueblos. La memoria en la experiencia juega un papel
muy importante. Uno hace por lo que sabe y experimentó.
No te dejes estar, menos televisión y más lectura,
recreación al aire libre, jugar al ajedrez, dominó, armar rompecabezas,
solucionar crucigramas, sudokus, cantar, estar en grupo, reír….
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