La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) alerta de que la
soledad puede representar un factor de riesgo para la depresión, el
deterioro cognitivo y la mortalidad en los mayores.
¿Puede ser la soledad un factor de riesgo para la depresión y el deterioro cognitivo?
Según los expertos sí, que señalan que en el último año se ha producido un aumento en España de los hogares unipersonales y se estima que hasta 1,8 millones de mayores viven solos, lo que puede representar un factor de riesgo para la depresión, el deterioro cognitivo y la mortalidad.
Así lo ha alertado la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) durante el congreso anual que celebran estos días en San Sebastián, ante la gravedad de esta situación y de los serios problemas que puede provocar en la salud de las personas de la tercera edad.
De estos casi dos millones de mayores que viven solos se estima que un 42 por ciento (unas 368.400 personas) tienen más de 85 años, y el 72,2 por ciento son mujeres. Y según datos de la Encuesta Continua de Hogares de 2014, apenas reciben una visita mensual de alguien conocido de su entorno social e incluso, se dan casos, en el que no existen tales visitas.
Esto lleva aparejado diferentes problemas de salud asociados a la soledad, argumentan los geriatras, y además de la depresión la soledad también se relaciona con enfermedades cardiovasculares, hipertensión y demencia. Incluso existe un vínculo muy fuerte con una mortalidad temprana.
Además, estos mayores tienen problemas ligados a la movilidad y al riesgo de caídas y, como consecuencia de éstas, de sufrir fracturas óseas. Del mismo modo, esta soledad suele también asociarse a problemas económicos, lo que repercute en su alimentación y en su higiene.
“La soledad puede verse incrementada a lo largo del ciclo vital por factores asociados a los estilos cognitivos o a la personalidad de las personas o a la ocurrencia de sucesos vitales significativos como, por ejemplo, la jubilación, enfermedades o asumir la tarea de cuidar de un familiar dependiente”, ha explicado Andrés Losada, profesor de Psicología Clínica de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.
Además, los expertos recuerdan que con los expectativas demográficas y el progresivo envejecimiento de la población se trata de un problema que va a ir a más por lo que es necesario “saber cómo enfrentarse a él”, y consideran imprescindible el papel de la acción voluntaria en el acompañamiento de situaciones de soledad no deseadas.-
¿Puede ser la soledad un factor de riesgo para la depresión y el deterioro cognitivo?
Según los expertos sí, que señalan que en el último año se ha producido un aumento en España de los hogares unipersonales y se estima que hasta 1,8 millones de mayores viven solos, lo que puede representar un factor de riesgo para la depresión, el deterioro cognitivo y la mortalidad.
Así lo ha alertado la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) durante el congreso anual que celebran estos días en San Sebastián, ante la gravedad de esta situación y de los serios problemas que puede provocar en la salud de las personas de la tercera edad.
De estos casi dos millones de mayores que viven solos se estima que un 42 por ciento (unas 368.400 personas) tienen más de 85 años, y el 72,2 por ciento son mujeres. Y según datos de la Encuesta Continua de Hogares de 2014, apenas reciben una visita mensual de alguien conocido de su entorno social e incluso, se dan casos, en el que no existen tales visitas.
Esto lleva aparejado diferentes problemas de salud asociados a la soledad, argumentan los geriatras, y además de la depresión la soledad también se relaciona con enfermedades cardiovasculares, hipertensión y demencia. Incluso existe un vínculo muy fuerte con una mortalidad temprana.
Además, estos mayores tienen problemas ligados a la movilidad y al riesgo de caídas y, como consecuencia de éstas, de sufrir fracturas óseas. Del mismo modo, esta soledad suele también asociarse a problemas económicos, lo que repercute en su alimentación y en su higiene.
“La soledad puede verse incrementada a lo largo del ciclo vital por factores asociados a los estilos cognitivos o a la personalidad de las personas o a la ocurrencia de sucesos vitales significativos como, por ejemplo, la jubilación, enfermedades o asumir la tarea de cuidar de un familiar dependiente”, ha explicado Andrés Losada, profesor de Psicología Clínica de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.
Además, los expertos recuerdan que con los expectativas demográficas y el progresivo envejecimiento de la población se trata de un problema que va a ir a más por lo que es necesario “saber cómo enfrentarse a él”, y consideran imprescindible el papel de la acción voluntaria en el acompañamiento de situaciones de soledad no deseadas.-
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