Se ha reportado una marcada tendencia a asumir que la gente mayor es muy grande para tener una vida sexual activa y que la sexualidad tanto de hombres como de mujeres declina con la edad.
Se ha reportado una marcada tendencia a asumir que la gente mayor es muy grande para tener una vida sexual activa y que la sexualidad tanto de hombres como de mujeres declina con la edad. Esta disminución va a depender de tres factores: el nivel de actividad sexual de la persona en toda su vida, su salud física y su salud psíquica.
Aquellas personas cuyo nivel de actividad sexual durante toda su vida ha sido alto, tendrán una caída menor a medida que pasan los años comparado con aquellos que tuvieron una actividad sexual menor. La mayoría de la gente mayor que permanece sexualmente activa, disfruta el sexo. En una recopilación de estudios sobre sexo y vejez, Kaplan concluyó que la mayoría de los hombres y mujeres sanos permanecen sexualmente activos hasta la novena década de vida. La actividad sexual incluye la masturbación sola o mutua, el sexo oral y las relaciones sexuales con penetración.
La demencia no es una consecuencia normal de la vejez. Sin embargo la prevalencia de demencia moderada a severa es del 1.4% entre los 60-69 años, 4.1% entre los 70-79 años y del 13% entre los 80-84 años. La mayoría de los casos son en mujeres porque tienen una expectativa de vida mayor y es más probable que estén solas o en un geriátrico. Los hombres afectados tienden a tener una persona que los cuida. Estos factores tienen implicancias en la intimidad y la sexualidad.
La depresión es frecuente en la vejez. Los problemas sexuales ocurren por la depresión o por las complicaciones del tratamiento. Los antidepresivos nuevos pueden producir una disfunción sexual que incluye la pérdida del deseo y la anorgasmia en ambos sexos. Los problemas sexuales pueden agravar la depresión preexistente.
Aquellas personas cuyo nivel de actividad sexual durante toda su vida ha sido alto, tendrán una caída menor a medida que pasan los años comparado con aquellos que tuvieron una actividad sexual menor. La mayoría de la gente mayor que permanece sexualmente activa, disfruta el sexo. En una recopilación de estudios sobre sexo y vejez, Kaplan concluyó que la mayoría de los hombres y mujeres sanos permanecen sexualmente activos hasta la novena década de vida. La actividad sexual incluye la masturbación sola o mutua, el sexo oral y las relaciones sexuales con penetración.
La demencia no es una consecuencia normal de la vejez. Sin embargo la prevalencia de demencia moderada a severa es del 1.4% entre los 60-69 años, 4.1% entre los 70-79 años y del 13% entre los 80-84 años. La mayoría de los casos son en mujeres porque tienen una expectativa de vida mayor y es más probable que estén solas o en un geriátrico. Los hombres afectados tienden a tener una persona que los cuida. Estos factores tienen implicancias en la intimidad y la sexualidad.
La depresión es frecuente en la vejez. Los problemas sexuales ocurren por la depresión o por las complicaciones del tratamiento. Los antidepresivos nuevos pueden producir una disfunción sexual que incluye la pérdida del deseo y la anorgasmia en ambos sexos. Los problemas sexuales pueden agravar la depresión preexistente.
Salud física
Cualquier enfermedad puede afectar la función sexual. Por ejemplo, una mujer con una artritis severa puede tener problemas para utilizar sus manos para obtener placer o acariciar a su pareja o para encontrar una posición que disminuya su dolor. La colocación de almohadas en lugares estratégicos puede ayudar a encontrar la posición.
Los pacientes pueden sentir vergüenza de contar a su médico que presentan incontinencia durante el acto sexual y el médico tiene que ver la manera de hablar del tema en la consulta.
El uso de cremas que ayuden con la sequedad vaginal como aquellas que contienen estrógenos (en caso de que la mujer no esté con terapia de reemplazo hormonal) o un aceite aromático como ser de almendras dulces o durazno (pero no para usarlo con anticoncepción de látex) va a permitir a la mujer (y su pareja) disfrutar más de la actividad sexual. Puede ayudar si el médico le da "permiso" a sus pacientes para que utilicen vibradores para facilitar el acceso a los genitales y la estimulación.
Los pacientes pueden sentir vergüenza de contar a su médico que presentan incontinencia durante el acto sexual y el médico tiene que ver la manera de hablar del tema en la consulta.
El uso de cremas que ayuden con la sequedad vaginal como aquellas que contienen estrógenos (en caso de que la mujer no esté con terapia de reemplazo hormonal) o un aceite aromático como ser de almendras dulces o durazno (pero no para usarlo con anticoncepción de látex) va a permitir a la mujer (y su pareja) disfrutar más de la actividad sexual. Puede ayudar si el médico le da "permiso" a sus pacientes para que utilicen vibradores para facilitar el acceso a los genitales y la estimulación.
Salud psíquica
Los mitos y creencias sobre el atractivo sexual pueden afectar a las mujeres mayores y puede contribuir a la baja estima y a una posible depresión. Una mujer que enviuda puede tener ciertas dificultades para encontrar una pareja por la mayor cantidad de mujeres que de hombres a esa edad. Las personas grandes pueden sentir vergüenza de tener necesidades sexuales "a esa edad," y pueden sentir miedo y culpa de tener una conducta sexual luego de haber tenido una relación duradera. Sobre todo en las mujeres, muchas veces la familia pretende que permanezcan en celibato lo que hace difícil cubrir las expectativas sociales y familiares de ver a la gente mayor como asexuadas.
Este artículo es una adaptación de la segunda edición del libro "The ABC of Sexual Health" que es editado por John Tomlinson, especialista en salud sexual, Winchester
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