Receta para llegar a los 100 años

Estudio África realizado sobre personas de entre 90 y 107 años de Edad.


Hay un tema que obsesiona al ser humano desde siempre y, aunque ahora no parezca, le produce más desvelos que la escalada del dólar y la inflación. Ese tema es el de la finitud humana, el estar arrojados a la vida sin saber jamás cuánto durará esa aventura.

Las estadísticas dicen que en los últimos años la cantidad de personas del planeta con más de 80 años aumentó casi un 240%. ¿Pero todos están en condiciones de ser longevos? Al compás de los tiempos, la ciencia moderna transformó la búsqueda de elixires o de pócimas máximas para la juventud eterna en algo más racional.

Así las cosas, hoy puede decirse que en buena parte la extensión de la vida de una persona puede medirse en virtud de cuántos factores de riesgo acumula. Y aquellos ligados con la salud cardíaca y vascular son fundamentales, dado que son éstas las afecciones que mayor número de muertes causan en el mundo.

El doctor Carlos Paterno, presidente de la Sociedad de Cardiología de Buenos Aires, diseñó un estudio que llamó "Asociación de factores de riesgo coronario en la ancianidad (Africa)", a través del que estudió 148 personas de más de 90 años.

"Trabajé con el doctor Juan Carlos Giménez, presidente del comité de prevención cardiovascular de la Sociedad de Cardiología de Buenos Aires -explicó Paterno-. Queríamos ver con qué factores de riesgo cardiovascular (colesterol alto, hipertensión arterial, sobrepeso, tabaquismo, sedentarismo) llegaban las personas a los 90 años o más y, sobre todo, qué asociación entre esos factores era tan perniciosa que hacía que no llegaran: es decir, si una mayoría de nonagenarios no tenía esa asociación significaba que la muerte se había producido antes."

El cardiólogo explicó que la condición para que los pacientes ingresaran en el estudio fue que estuvieran lúcidos y fueran autovalentes, es decir que hubieran llegado solos o en compañía de un familiar al consultorio (participaron centros públicos y privados), capaces de mantener una relación afectiva y racional con el médico, como para responder a sus preguntas.

"Todos eran residentes urbanos -agregó Paterno-, de Capital Federal, Córdoba, Chubut y Santa Fe; 104 mujeres y 44 hombres en total. Es sabido que la mujer vive más que el varón."

Corazones sanos

Entre los estudiados, tan sólo el 22% tenía alto colesterol. "Fue llamativo -dijo Paterno-. Porque en la población adulta al menos el 50% tiene perfil lipídico alterado." Los resultados confirman que el colesterol alto es el factor más importante para desencadenar la enfermedad aterosclerótica (acumulación de grasa en las arterias), asociada al riesgo de infarto y de otras patologías cardiovasculares.

En cuanto a la hipertensión arterial, los resultados preliminares del estudio Africa demostraron que la mitad de los mayores de 90 años eran hipertensos, pero todos ellos habían comenzado a serlo a partir de los 75.

"Es decir -explicó-, a consecuencia de la arteriosclerosis o endurecimiento de las arterias. No a partir de los 40 o 50 años, porque quienes fueron hipertensos desde esa edad no habían llegado a los 90."

El cardiólogo agregó que el estudio demuestra que la hipertensión anticipa la muerte, aunque aún no se sabe si ocurre igual cuando el problema, aunque surja en la cuarta o quinta década de la vida, recibe tratamiento.

"Recién en los últimos 30 años tuvimos fármacos antihipertensivos cada vez más más eficaces -dijo-. Dentro de 30 años se verá en aquellos tratados si llegaron a los 90 o no, de ser así debería haber una población más alta de pacientes mayores hipertensos."

Los investigadores buscaban especialmente qué asociación de factores de riesgo ponía más en peligro la longevidad. Y vieron que sumar hipercolesterolemia a hipertensión arterial era especialmente amenazante: sólo llegaron 9 mujeres. El cardiólogo indicó que los resultados de esta perniciosa asociación demuestran que conviene tratar los factores de riesgo aunque los pacientes sean añosos.

En materia femenina, el estudio Africa mostró que 53 de las 148 mujeres estudiadas habían tenido su menopausia entre los 45 y los 50 años, en tanto que 22 habían dejado de menstruar entre los 51 y los 60 años. Sólo 10 lo hicieron en forma prematura, es decir, entre los 36 y 44. Paterno mencionó que esto reconfirma el papel protector de los estrógenos -hormonas femeninas por excelencia- en la salud de la mujer. "Por eso la menopausia temprana no sería un buen predictor de longevidad", agregó.

En materia de diabéticos, Africa mostró que sólo un 5,4% de los nonagenarios (sólo 8 personas) padecía la enfermedad, en su tipo no insulinodependiente. "Es probable que no lleguen a esa edad muchos diabéticos -reflexionó Paterno-, seguramente porque no se manejaron bien sus complicaciones cardiovasculares."

La genética dio su nota: el 40% de los nonagenarios tenía algún familiar consanguíneo que había llegado también a esa edad. Por otra parte, se analizó la nacionalidad y origen de las personas. "El 70% eran argentinos y el 30% extranjeros. Pero al buscar entre los padres había sólo un 25% que era argentino descendiente de argentinos y, en cambio, un 40% de argentinos descendiente de europeos."

El secreto: la moderación

Claro, no todo es cuestión del ADN y sus misterios. "También influyen el medio ambiente y los hábitos -dijo el cardiólogo-, y en este sentido encontramos que el 70% de las personas estudiadas estaba en su peso. Esto es fácil de comprobar, no hace falta ser médico: ¿cuántos obesos de 90 años vemos caminar por las calles?"

Paterno habló duramente de la obesidad: "Es el factor común que desencadena los otros, como diabetes, colesterol, hipertensión arterial. Y el progenitor de la obesidad es el sedentarismo. Por eso hoy en día se considera que ser activo protege muchísimo, aunque se tenga sobrepeso."

En materia de bebidas alcohólicas, la mitad de los encuestados tomaba una copa de alcohol (vino tinto) con las comidas. "Atención con este dato -sonrió con picardía Paterno-. No se trata de que el vino sea un factor protector, sino que tomarlo dentro de un contexto de moderación no empeora las cosas. Porque quizá la clave de estas personas es que son controladas, disciplinadas, tienen hábitos de vida, casi todas son caminadoras, o realizan actividades organizadas semanalmente, como ir a la sociedad de fomento, jugar bochas, visitar a sus nietos. Todo parece indicar que llegan los metódicos."

Por Gabriela Navarra
De la Redacción de LA NACION

La dieta de la longevidad

  • A la hora de sentarse a la mesa, una proporción importante de los nonagenarios come a diario lácteos, verduras y frutas. "Y entre 1 y 3 días a la semana carnes blancas, rojas y huevo -dijo el doctor Carlos Paterno-, pero menos carne roja que blanca."

El cigarrillo prácticamente no figuró entre sus hábitos: 84 mujeres nunca habían fumado y 15 habían dejado de hacerlo, en tanto que 23 hombres nunca habían consumido tabaco y 19 lo habían abandonado. "Sólo fumaban 4 mujeres y 2 varones", dijo Paterno, y aclaró que muy poco.-

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