La estimulación transcraneal directa es un tratamiento, a través de
descargas eléctricas, cuya promesa es que puede mejorar las capacidades
cognitivas de las
personas. Básicamente el tratamiento consiste en aplicar pequeñas
descargas de electricidad controlada en ciertas áreas del cerebro.
El tratamiento
se ha popularizado mucho, especialmente en los adultos mayores que
desean evitar el declive cognitivo característico de la edad.
La Universidad de Stocolmo publicó una revisión en la revista Psychological Science
que puso a prueba la efectividad de este tratamiento y al tener los
resultados no se encontró evidencia de que la estimulación cognitiva,
por ese sistema, añadiera algún beneficio a la memoria de trabajo.
En
la investigación participaron 123 adultos mayores que tenían entre 65 y
75 años. Todos recibieron el programa de entrenamiento cognitivo
durante un periodo de 4 semanas y completaron una batería de tests
cognitivos, algunos de los tests incluyeron tareas que estaban en el
programa de entrenamiento y otras no.
Luego se dividieron
aleatoriamente los participantes en dos grupos: un grupo recibió la
estimulación cerebral durante 25 minutos en el área dorsolateral
izquierda de la corteza prefrontal — un área del cerebro que juega un
rol importante en la memoria de trabajo; a los otros participantes se
les hizo creer que habían recibido la misma estimulación cerebral cuando
en realidad estuvo activa durante solo 30 segundos.
Al comparar
los resultados en la etapa pre y post entrenamiento cognitivo se
encontró una mejoría de los participantes en la capacidad de cambiar de
tareas cognitivas. Pero no se encontró evidencia de que la estimulación
cognitiva añadiera algún beneficio a la memoria de trabajo.
Los
investigadores también compararon los resultados con otras seis
investigaciones similares y tampoco encontraron evidencia a favor de la
estimulación cerebral sobre la memoria de trabajo.
No desperdicien
su dinero en estos tratamientos. Mejor sería invertirlos en el
entrenamiento cognitivo, el cual requiere más tiempo y esfuerzo —como
todo lo bueno en la vida— y es el que tiene mejor evidencia.-